Está a punto de sucumbir el templo de San Antonio de El Duan, Tucurrique, Jiménez, Cartago.
Es un cofre de Dios, una ermita del cielo.
No puede ser que el país pierda de esta manera su patrimonio arquitectónico.
Acaban de botar el templo de Cahuita, Talamanca.
Hace pocos años, botaron el templo antiguo de La Trinidad de Copey de Dota, en el Cerro de La Muerte.
A ese templo me amarre muchas veces para que no lo botaran. Lo botaron para hacer un parqueo.
Cuando paso por ahí, hasta que siento un hueco por dentro.
Y no olvidemos que se quemó el templo de Copey de Dota. Era un tesoro arquitectónico. Se quemó por descuido y abandono.
Cada uno de estos templos era único en su estilo.
El país no puede seguir perdiendo su patrimonio arquitectónico.
Camilo Rodríguez Chaverri
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