Opinión — La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas no es solo una serie de objetivos globales, sino una agenda que atenta contra los principios innegociables de la fe cristiana. A medida que se intenta imponer este plan a nivel mundial, los cristianos en Costa Rica y en todo el mundo deben reconocer que apoyar la Agenda 2030 implica un compromiso con políticas que contradicen la moralidad bíblica y los valores fundamentales del cristianismo. La Agenda 2030 no es compatible con la fe cristiana en sus aspectos más cruciales.
La Agenda 2030 de la ONU, en su enfoque de desarrollo sostenible, podría ser vista como contraria al principio de autodeterminación de los pueblos, ya que promueve una serie de políticas globales y marcos regulatorios que limitan la capacidad de los pueblos para decidir de manera libre y soberana sobre sus propios recursos y modelos de desarrollo. A pesar de que se presenta como una iniciativa que busca el bienestar global, algunas de sus políticas pueden imponer una agenda de desarrollo uniformada, restringiendo la libertad de las comunidades para elegir su propio camino económico, social y cultural, lo que entra en conflicto con el derecho de los pueblos a determinar su destino sin presiones externas.
1. El aborto: Violación directa del mandamiento de Dios
La Agenda 2030 promueve el acceso al aborto como parte de la salud reproductiva. Para los cristianos, el aborto es un pecado grave y una violación directa del mandamiento «No matarás» (Éxodo 20:13). La vida humana es un regalo divino desde la concepción, y el aborto no solo es moralmente inaceptable, sino que atenta contra la dignidad humana creada por Dios. Cualquier política que promueva o legalice el aborto es completamente incompatible con los principios cristianos.
2. El matrimonio homosexual: Un ataque a la creación divina de la familia
La Agenda 2030 busca normalizar y promover el matrimonio entre personas del mismo sexo, lo cual es un ataque directo al diseño divino de la familia. La Biblia es clara al enseñar que el matrimonio fue establecido por Dios entre un hombre y una mujer (Génesis 2:24). Esta redefinición del matrimonio y la familia no solo es un rechazo de la verdad bíblica, sino que destruye la base misma sobre la cual se construye una sociedad moral y estable. Los cristianos no pueden aceptar ni apoyar políticas que desvirtúan el orden natural de la creación.
3. Educación sexual y de género: Destrucción de la moral cristiana
La Agenda 2030 promueve una educación sexual integral que incluye la aceptación de diversas orientaciones sexuales y géneros no binarios. Esto va directamente en contra de la enseñanza bíblica que establece que Dios creó al hombre y a la mujer (Génesis 1:27). La agenda busca imponer una visión relativista del sexo y el género, rechazando la moral cristiana que ve la sexualidad dentro de los confines del matrimonio entre un hombre y una mujer. Aceptar esta educación es aceptar una agenda secular que destruye los fundamentos de la moral cristiana.
4. La imposición de un sistema secular: Excluyendo a Dios de la sociedad
Uno de los mayores peligros de la Agenda 2030 es su impulso hacia una sociedad secularizada, donde la religión y los principios divinos deben quedar fuera de la toma de decisiones políticas y sociales. Esta agenda busca reducir la influencia de la fe en la vida pública y establecer políticas que promuevan una moralidad alejada de los principios cristianos. Los cristianos no pueden aceptar un modelo de sociedad donde se excluye a Dios de la vida pública, ya que esto es una clara violación de la libertad religiosa.
5. Consumo de alimentos «alternativos»: Un ataque a la pureza alimentaria bíblica
La Agenda 2030 promueve el consumo de insectos y otros alimentos considerados «alternativos» como parte de la sostenibilidad ambiental. Sin embargo, esto entra en conflicto con las enseñanzas bíblicas sobre la pureza alimentaria, tal como se describe en Levítico, donde ciertos alimentos son considerados impuros. Los cristianos que siguen los principios de la palabra de Dios no pueden aceptar ni promover el consumo de estos alimentos que son explícitamente rechazados en las Escrituras.
6. El control global sobre la moral y la fe: Una tiranía de valores ajenos al cristianismo
La Agenda 2030 no solo impone políticas económicas y medioambientales, sino que busca imponer una visión moral global que está en completo desacuerdo con los valores cristianos. Bajo la apariencia de desarrollo sostenible y justicia social, la agenda busca deslegitimar la fe cristiana al promover una moralidad que niega la verdad de las Escrituras. Esto no es solo una cuestión política, sino un ataque directo a la libertad religiosa y a la capacidad de los cristianos de vivir según sus convicciones sin ser forzados a aceptar una moral secular.
Conclusión: La Agenda 2030 es incompatible con la fe cristiana
Los principios de la Agenda 2030 son una amenaza directa a los valores cristianos. Cualquier intento de apoyar esta agenda es un compromiso con políticas que destruyen la vida, la familia y la moral cristiana. Para los cristianos en Costa Rica, no es posible aceptar la Agenda 2030 sin comprometer los principios fundamentales de la fe. Defender la vida, el matrimonio natural, la familia y la pureza moral es una obligación cristiana, y la Agenda 2030 va en contra de todo esto. Es esencial rechazar cualquier propuesta que intente imponer una moralidad secular que niegue la verdad de Dios.
Es importante recordar que la Biblia ha sido una base fundamental para el derecho positivo, especialmente a través del libro del Éxodo, que ofrece un modelo de organización social diseñado para evitar que impere la ley del más fuerte.
Destruir los fundamentos de la sociedad cristiana equivale a revivir tiempos de persecución contra el cristianismo, como ocurrió en el pasado. Significa también abrir la puerta a prácticas que una vez fueron superadas, como la esclavitud, entre otras formas de opresión que ciertos grupos hoy parecen promover desde el poder económico, imponiendo sus creencias y censurando toda expresión de fe que confronte sus perversiones.
Se ha logrado convencer a muchos cristianos de mantenerse al margen de la política, cuando la Biblia misma es profundamente política. Es Dios quien pone y quita reyes. Por eso, los cristianos debemos asumir un rol más activo en la vida política y en todas las áreas de la sociedad.
Opinión de Gerardo Ledezma.
