No importa su creencia, o si no tiene ninguna, usted requiere analizar la siguiente información, para entender cómo razonan algunas creencias y puede permitirle estar preparado.
Aunque muchas personas han sido inducidas a no practicar una creencia religiosa, e incluso a no creer en ninguna entidad superior que gobierne el Universo, puede ser el resultado de creencias ultra-religiosas que buscan manipular las creencias milenarias para la no resistencia de las poblaciones en el mundo, ante prácticas de monopolio y corrupción.
Analicemos:
En el primer párrafo comento cómo se induce a no creer en una entidad superior. Podemos traducirlo basados en una de las creencias más fuertes, como lo es la Fe Cristiana, la cual tiene como mensaje principal la llegada del Hijo del Hombre al mundo, un enviado, un mesías, un ungido: un Cristo.
De esta forma, se puede analizar que el mensaje en contra de la fe se trata de un mensaje anti-mesías, o anticristo. Bien lo dijo el Apóstol San Juan en una de sus cartas, que ciertamente, muchos Anticristos han venido. ¿Pero de dónde nace esta profecía y cómo lo puede utilizar la mafia organizada?
Para entender, primero vamos a leer Daniel 7:15-28. Entre ellos, quiero resaltar el 27 que dice: 27. “…y que el reino, y el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo, sea dado al pueblo de los santos del Altísimo, cuyo reino es reino eterno, y todos los dominios le servirán y obedecerán.”
Pues, señala para algunas interpretaciones, que el Mesías gobernará en el séptimo día, y que según las palabras de San Pedro, que dice en la 2da Carta de Pedro 3:8 “Mas, oh amados, no ignoren esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día.”
Por lo que si buscas en la línea de tiempo (Timeline) de la “Biblia Paralela” (ver enlace aquí), observarás que inicia en el año 4000 a.C. (Antes de Cristo), y si buscas la crucifixión de Jesús en el mismo “Timeline”, verás que indica 30 d.C., y que, al pasar, sumar 2000 años después de Cristo, cerraría el año 2030, donde se cumplirían los 6000 años (lo que según Pedro serían los 6 días) e iniciarían el 7mo día, o según interpretan el séptimo Milenio.
Tal vez te preguntes, ¿por qué hay 30 años de diferencia? Se debe al calendario juliano, introducido por Julio César en el año 46 a.C. (708 AUC), resultado de una reforma del calendario romano. Entró en vigor en el 45 a.C. (709 AUC), poco antes de la conquista romana de Egipto.
Esto quiere decir que muchos de los ortodoxos esperan la segunda venida del mesías en el 2030, del mismo modo que quienes promueven ideologías anti-mesías también preparan el camino para el Anticristo, por ello, indistintamente de tus creencias, estaremos en medio de luchas de poder por temas meramente religiosos. ¿No les suena el 2030, cómo algo ya agendado por las élites globalistas de nuestra era para los “grandes cambios” de nuestras naciones?
Dentro de sus creencias, para los judíos ultra-ortodoxos, la llegada del mesías significaría que el resto de los humanos serán esclavos del “pueblo elegido”. Por esta razón, muchos impulsan mensajes como que no hay que defenderse de los grupos anti-mesías, y que hay que bajar los brazos. Dentro de estas prácticas se han observado movimientos ligados a las élites globales, impulsando económicamente mensajes e información que llevan a la aceptación de agendas globalistas, siendo que será el inicio de las profecías del Apocalipsis, la venida del Anticristo final y posteriormente, la Segunda Venida de Jesús, el Cristo.
¿Qué dicen las Revelaciones del Apocalipsis al respecto? Podemos ir a leer Apocalipsis 20:6 “Bienaventurado y santo es el que tiene parte en la primera resurrección; la muerte segunda no tiene poder sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con Él por mil años”, en el que completan los siete días, o siete milenios.
Por esta razón, muchos tratan de calcular la fecha según las matemáticas y referencias que tienen en mano. Para ellos, la venida del Anticristo será antes del 2030, o en el mismo 2030, y todo el dominio sobre la humanidad debe estar lista para esta fecha, por eso, muchos gobiernos hablan de acelerar la implementación de los acuerdos de los ODS de la Agenda 2030, donde incluso el mismo Papa Francisco ha mencionado la necesidad de un gobierno mundial, así cómo muchos otros presidentes y líderes políticos del mundo.
Sin embargo, Jeremías 17:5-8 (RVR1960) dice: “Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová. Será como la retama en el desierto, y no verá cuando viene el bien, sino que morará en los sequedales en el desierto, en tierra despoblada y deshabitada. Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto.”; puesto que en San Mateo 24:36 en las palabras de Jesús dice: “Pero del día y la hora nadie sabe, ni aún los ángeles de los Cielos, sino solo mi Padre.”
Entonces, ¿qué impulsan quienes se preparan para el 2030?
• Eliminación de la propiedad privada y el dinero físico (gestionado virtualmente con criptomonedas, usables a través de microchips bajo la piel).
• Un solo gobierno mundial.
• Trazabilidad de sus movimientos a través del voto electrónico, marchamo electrónico, pasaporte electrónico, entre otros.
• Un salario global, basado en el crédito social (ya probado en asiáticos).
• Ciudades de 15 minutos de distancia (para mejorar el control de masas).
• Control del alimento e impulsar la ingesta de insectos y carne falsa, con el supuesto de reducir el “calentamiento global”.
• Control de las fuentes de agua potables y subterráneas.
• Control y censura de las plataformas y redes sociales.
La suma de estos factores lleva al control social, basados en la imposibilidad de comprar o vender, una de las advertencias sobre la “marca de la bestia”, cómo vemos en Apocalipsis 13:17-18: “…y que nadie pudiera comprar ni vender si no tenía la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre. Aquí hay sabiduría. El que tenga entendimiento, que calcule el número de la bestia, pues es el número de un ser humano, y es el seiscientos sesenta y seis.”
Este número es crucial, ya que pocos analizan cómo se ve realmente el 666, son un trío de 6, oh sea tres que son el mismo, una “Trinidad”, siendo 6 el número del hombre, el número imperfecto, ya que es el día antes del reposo del Señor en el Génesis y el día en que creó al hombre del polvo de la Tierra y al finalizar este día, le dio a Eva, tomada de su costilla, que probó del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal. Seres humanos, creados tripartitos: Cuerpo, Alma y Espíritu. Tres partes en un ser al sexto día. Siendo el 666 un solo número, de 3 partes de un mismo número, el 6. El humanismo, el gobierno del humano, un reino ateo, sin Dios, un reino del común (de ahí que el comunismo sea ateo), un gobierno no teísta.
Es justo lo que buscan promover, un gobierno mundial, sin Dios, totalmente Anticristo, gobernado por un Anti-mesías, un gobierno que parezca hecho de los hombres por los hombres, para los hombres, sin Dios, sin fe, sin razón. Control absoluto. La cúspide de los delirios comunistas. Un gobierno que abre paso a los Jinetes del Apocalipsis, el rojo de la guerra, el blanco de la muerte, el verde de la enfermedad y el amarillo de la hambruna. Muy curioso, que justamente son los colores más utilizados en todas las banderas de pueblos musulmánes, aquellos que son hijos de Ismael (mahometanos), el hermano de Isaac (judíos), que componen los pueblos semitas (descendientes de Sem, bendecido él y sus descendencias, por Noé, al dar la tierra por heredad), a quiénes se les prometió gobernar sobre sus hermanos en las bendiciones de Isaac a Jacob (Israel) y Esaú (Medio-Oriente), quiénes tanto en la Torah, el Tanaj, la Mishná, el Talmud, y el Corán; creen y esperan la venida de aquél Mesías, que los pondrá por encima de todos los demás pueblos.
Realizado por: Gerardo Ledezma y el Prof. Andrés Joseph Jiménez Leandro
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