En una grata visita que realizó el Presidente Bukele a nuestro país se dieron varias lecciones de cómo hacer buena política frente a la rancia y agónica clase política tradicional costarricense (esperemos que para el 2026, el electorado acabe con esos nichos de corrupción institucional descarada). En un artículo anterior, habíamos advertido aquí en CRprensa que el desaire hecho por magistrados y diputados de no querer recibir al mandatario salvadoreño era un craso error y tal cual sucedió. Los añejos gamonales de la política nacional creyeron erróneamente que todavía nuestro país es su finca azucarera y que estamos en una república bananera, donde el saqueo de las instituciones se respalda por “fieles títeres” colocados en los puestos de decisión que les permite impunidad perpetua.
Pero, veamos el guante blanco que da Bukele: cuando viene a Costa Rica, país donde tiene familia y que incluso ya fundaron un partido político, y se posiciona con el Presidente Rodrigo Chávez y cuida detalles tan delicados como éste: la vestimenta del presidente salvadoreño es con bordados en el sector del cuello, con levita y que hace referencia al estilo de vestimenta de grandes militares latinoamericanos como Simón Bolívar o el expresidente salvadoreño General Gerardo Barrios. Este último peleó contra William Walker y los filibusteros en compañía de nuestro Presidente Juan Rafael Mora Porras y el General José María Cañas, de origen salvadoreño y bisabuelo del famoso exdiputado costarricense don Beto Cañas, que en paz descanse y que una vez dijo “íbamos bien encaminados hasta este último gobierno de Oscar Arias, que para mí fue el desastre más grande que le ha pasado a este país… y lo que siguió”…
Retomando a Bukele, en la Casa Presidencial de Zapote se le condecoró con la Orden Juan Mora Fernández, nombre del primer Jefe de Estado de Costa Rica. Otra estrella para el joven presidente, pero ojo al simbolismo: la recibe en la otrora llamada “Suiza centroamericana”, la denominada democracia de referencia para autores como Robert Dahl o el país del Pacto de San José, que le llevó a ser sede de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, donde está el controvertido caso Beatriz contra El Salvador, donde se dirime la prohibición de la penalización del aborto en el continente americano. De nuevo Bukele manda una señal a la Corte y a los críticos de su reelección presidencial: tener en Costa Rica un aliado, reafirma el liderazgo de El Salvador en la región.
Como si las condiciones no fueran idóneas, el destino trajo a Costa Rica dos fenómenos tropicales: el Huracán Rafael y la Tormenta Sara durante la visita, además, España sufrió en Valencia por el fenómeno DANA de intensas lluvias que trajeron gran cantidad de pérdidas humanas y materiales. Para el caso español, el Presidente Pedro Sánchez rechazó el envío de ayuda internacional ofrecido por Bukele y con gran olfato político, el joven presidente ofreció a los costarricenses un avión con implementos y ayuda de 300 rescatistas que llegaron en 24 horas a suelo nacional.
Además, de ser una demostración de poder de su gobierno y de solidaridad del pueblo salvadoreño, fue motivo de una intensa campaña de divulgación en redes sociales, en donde hasta los españoles critican a su propio gobierno por no recibir la ayuda y los costarricenses se sienten agradecidos con los salvadoreños y estos últimos difunden a nivel global su capacidad operativa para enviar ayuda internacional a pesar de ser el país más pequeño de Centro América, pero gigante en las cosas que está haciendo bien. Para nadie es un secreto que Bukele es mediático y tiene una estructura en redes sociales que se encarga de llevar a cada teléfono celular con redes sociales de la región buenas notas de su gestión. Otro éxito para su medallero.
El martes 12 de noviembre de 2024, desde la cárcel La Reforma, Bukele da otro mensaje: el aplauso colectivo a su Plan de Control Territorial y sus medidas contra la criminalidad. Mientras tanto, el avión con su personal humanitario llegaba a suelo costarricense y causa un sismo en la política nacional: el supuesto ingreso irregular de militares salvadoreños sin permiso de la Asamblea Legislativa. La oposición buscando notoriedad saca una medida impopular y que tendrá evidente costo político por intentar obstruir el ingreso de la ayuda humanitaria cuando gran parte del país estaba inundado y da la oportunidad al Presidente Rodrigo Chávez de posicionarse, como acontece en las situaciones de desastre o emergencia, como el hombre de Estado y con ministros en tractor y navegando en pangas, conectarse con la Costa Rica real, la del campo, la de los sectores inundados, la olvidada y la que paradójicamente en el pasado votó por el PLN y PUSC.
La oposición se descarriló de cara al 2026 y para la mayoría de costarricenses estos partidos son obstruccionistas, están desconectados de las necesidades nacionales y evidentemente sus líderes no tienen arraigo o siquiera respeto de la gente. La estrategia de la polarización montada desde el círculo del chavismo es más potable y efectiva que nunca. Y desde El Salvador, figuras políticas salvadoreñas torpedearon el barco de los oligarcas costarricenses por su obtusa posición de estorbar ante la inmensa necesidad de nuestro pueblo. En pocas palabras, se hundió el barco de la arrogancia de los políticos tradicionales y el daño es irreparable, tanto que podemos dudar que saquen 10 diputados de mantenerse las condiciones actuales y la presidencia es un sueño inalcanzable.
Un nuevo simbolismo: los 300 enviados de El Salvador y 7 camiones de comida trasladados el 16 de noviembre. Desde el punto de vista bíblico y militar el número 300 nos lleva a lo que dice el Libro de Jueces 7:16-25, cuando Gedeón dividió a su ejército y siguiendo la voz de Dios escogió sólo 300 guerreros para pelear contra los madianitas, haciendo que se mataran unos a otros con sus espadas. Por otro lado, en la historia de Esparta está el rey Leónidas I un héroe de guerra que luchó por la libertad de su pueblo y que con sus 300 soldados enfrentaron a los persas. Parece una casualidad, pero el número 7 es bíblicamente designado para Dios, símbolo de perfección y de plenitud completa. Todo va relacionado, sin lugar a dudas.
¿Y qué debemos de esperar de esta visita de Bukele? Del lado de El Salvador un mayor posicionamiento político, con autoridad moral para hablar por su ayuda a una nación hermana y una serie de objetivos geopolíticos cumplidos. Su área de influencia crecerá y la inversión que realizaron es poca a lo mucho que ganan en imagen. Como buen empresario, el joven presidente tendrá grandes rendimientos. Desde el punto de vista de Costa Rica, la familia Bukele tiene al tío Humberto y a sus hijos que ya fundaron un partido político. Incluso algunos medios replican el supuesto interés de uno de sus integrantes para el 2026, lo que no cabe duda, es que tendría el respaldo desde San Salvador como buen clan musulmán. Del lado del chavismo, vale la pena recordar que no existe un partido político que lo agrupe y por lo tanto, es terreno fértil a recibir una propuesta que garantice su continuidad política. En este escenario, ambos pueden perfectamente asociarse.
La debilidad para la aplicación de las ideas de Bukele en el 2026 en Costa Rica, bajo ese escenario, radica en que el chavismo es una mezcolanza de amigos al poder de la Presidencia de la República, así como en su momento estuvieron con el PLN, el PUSC o el PAC, hoy están con el chavismo, mañana estarán con quien ocupe la silla presidencial mientras les garantice el acceso de los beneficios del poder. Son una clientela de puestos, que son leales al puesto, no al país. Por lo tanto, el liderazgo de Rodrigo Chávez no es de equipos de trabajo o de incluir, sino de dividir o separar y es por eso que sus ministros y jerarcas renuncian con facilidad. Pensar en una persona que compita con la imagen de Chávez puede ser un factor que dificulte el crecimiento de las reformas al estilo Bukele. Y es que el presidente salvadoreño lo dijo: para él realizar los cambios necesitó de unidad, de lealtad entre sus colaboradores y de enfrentar a las fuerzas políticas tradicionales de ese país. Recordemos que para el éxito en el combate a las maras fue necesario remover al fiscal general y a los magistrados de ese país, con la venia del congreso salvadoreño, algo muy difícil de pensar para el escenario costarricense a menos de que haya un cambio de timón en el 2026. Vamos a ver si el electorado costarricense acepta el reto.
Finalmente, el bochornoso espectáculo de ruidosos políticos que buscan llamar la atención en poco o nada ayudan a resolver los problemas nacionales, que sin duda se agravarán con los damnificados de estas inundaciones y los daños en infraestructura. En ese punto, faltan diputados y políticos metidos en los lodos de Guanacaste o de la Zona Sur, en sacar agua de las casas o en donar sus salarios y privilegios como 500 litros de gasolina gratis para asistir a las comunidades. Algunos parecen que siguen el camino de María Antonieta de Francia a quien se le atribuye la frase «si no tienen pan, que coman pasteles» cuando los pobres franceses morían de hambre. Tal desconexión de la realidad derivó en la toma de la Bastilla y el estallido de la Revolución Francesa. Tiempo después fue sentenciada a la guillotina. Ojalá los políticos nacionales enderecen su camino, porque ya la campaña política comenzó y deberían entender que el pueblo es primero, tanto que en Valencia, España, la frase que más retumba en estos días es: “sólo el pueblo salva al pueblo”.
Opinión de Miguel Gutiérrez Pizarro
Si te ha gustado, ¡compártelo con tus amigos! ESTIMADOS LECTORES: Nuestro mayor reto es hacer sostenible un periodismo libre e independiente, que de voz al pueblo, sin conflicto de intereses, apóyanos a seguir promoviendo la libertad de expresión. | SUSCRÍBIRSE | INGRESAR | APÓYANOS