Las diversas amenazas que enfrenta el país exigen un periodismo libre de conflictos de interés político, comercial y de otras ideologías que afectan nuestra cultura costarricense, además de debilitar las bases éticas y morales de la sociedad.
Proteger la propiedad privada, el derecho a la vida, la libertad de expresión, la libertad de asociación, la justa distribución de la riqueza y la paz social es una tarea constitucional que nos corresponde a todos los ciudadanos costarricenses.
El derecho a la libertad de empresa es fundamental, pero también es necesario combatir las prácticas monopólicas que grandes corporaciones pueden estar promoviendo desde trincheras políticas que financian. Estas mismas empresas, en ocasiones, incurren en evasión y elusión fiscal, además de invertir en partidos políticos que arrastran al país hacia una sociedad polarizada por ideologías y propuestas que ponen en riesgo la democracia y la paz social.
Sin embargo, para lograr un cambio se requiere del apoyo del pueblo: un colectivo que respalde al medio sin intentar influir, censurar o manipular los temas que publicamos. Sabemos que es un reto en la actualidad, pero también sabemos que es lo correcto.
Por ello, hemos eliminado la venta de publicidad en nuestro sitio web. A partir de hoy, solo sobreviviremos gracias al favor de Dios y el apoyo del pueblo, pues no queremos depender de recursos que podrían ser retirados si contradicen los intereses de alguna marca.
Esta es una realidad que enfrentan otros medios, cuya sostenibilidad depende de grandes inversiones en planillas financiadas por marcas comerciales. Esta dinámica puede llevar a conflictos de interés que favorecen agendas globalistas progresistas, las cuales, hoy en día, amenazan la libertad ciudadana y permiten que el crimen organizado se arraigue en el poder.
Actualmente, es evidente que no se puede investigar con transparencia contratos entre la industria farmacéutica y el gobierno. También es clara la censura en redes sociales, así como la acción de grupos de troles que buscan manipular la opinión pública, impulsando figuras políticas cuyo financiamiento y trayectoria son cuestionables.
Con las elecciones cerca, se han inscrito muchos partidos. ¿Son patriotas o disidencia controlada? Lo cierto es que el país se ha llenado de demagogos. La política, la educación y el gobierno hacen negocios con quienes deberían regular, lo que genera conflictos de interés y abre puertas a la corrupción y al saqueo de los recursos del Estado.
Queremos mantener la neutralidad que nos ha caracterizado desde el inicio. Seguimos creyendo que «la ausencia del debate es la presencia de la corrupción», y consideramos nuestro deber ofrecer una alternativa informativa libre de sesgos políticos, contribuir a la educación ciudadana sobre sus derechos y ser un espacio donde se pueda alzar la voz contra la injusticia.
¿Nos apoyas en esta aventura? Solo te pedimos un favor: que el apoyo sea única y exclusivamente si consideras que estamos haciendo lo correcto. Como siempre hemos dicho, nuestra línea editorial no es negociable.
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Requerimos de su apoyo urgente y continuo. Es preferible contar con un medio fortalecido que no necesitarlo, a necesitarlo y no tenerlo. El pueblo es nuestro único camino. Si seguimos las mismas rutas que los demás medios, corremos el riesgo de terminar en las mismas condiciones.
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