En un nuevo informe conjunto, ambos organismos de la ONU indican que a mediano plazo será necesario reconstruir mercados laborales más resilientes y favorecer la formalización.
(30 de noviembre, 2021) La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) dieron a conocer hoy un nuevo informe conjunto en el cual señalan que, en el actual contexto de crisis, los gobiernos de la región enfrentan el desafío de apoyar el ingreso y la reinserción laboral de los segmentos más vulnerables de la sociedad -especialmente mujeres y jóvenes- y, al mismo tiempo, favorecer las condiciones para la creación de empleo decente, sobre todo entre las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes).
Asimismo, indican que a mediano plazo, será necesario implementar reformas que permitan avanzar hacia mercados laborales más resilientes, acompañando las medidas de reactivación con programas para favorecer el paso de la informalidad a la formalidad laboral, junto a un rediseño de la protección social.
En el N⁰ 25 de su publicación conjunta Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe: Políticas de protección de la relación laboral y de subsidios a la contratación durante la pandemia de COVID-19, ambos organismos de las Naciones Unidas analizan los efectos de la crisis causada por la pandemia de enfermedad por coronavirus (COVID-19) en los mercados laborales de la región durante 2020 y 2021 y destacan la importancia de las políticas implementadas por los países para mitigar este impacto.
Según el informe, durante 2021 la recuperación y creación de empleo ha sido parcial y más lenta que la reactivación en la actividad económica observada. Si bien se prevé que el año cerrará con un crecimiento económico del 5,9% para la región, este no será suficiente para recuperar el nivel del producto ni de empleo registrado en 2019. Por lo tanto, los mercados laborales habrán enfrentado su segundo año de una crisis sin precedentes.
CEPAL y OIT agregan que durante el primer semestre de 2021 se registra un aumento en la tasa de participación laboral (que llegó al 60,0%, es decir 2,7 puntos porcentuales por debajo de los niveles del mismo período de 2019) y una recuperación del empleo, aunque sin alcanzar los niveles observados previo a la pandemia (la tasa de ocupación alcanzó 54,0%, todavía 3,4 puntos porcentuales por debajo de la observada en el mismo período de 2019). Como resultado, la tasa de desocupación se ha reducido levemente con respecto al segundo trimestre de 2020 pero aún se mantiene 1,7 puntos porcentuales por encima de mismo trimestre de 2019, alcanzando 10,1% en promedio.
Por otro lado, las brechas de inserción laboral entre hombres y mujeres se han profundizado en 2021, y las mujeres presentan una reinserción laboral más lenta y enfrentan más dificultades para encontrar trabajo. La recuperación del empleo se ha constatado principalmente entre los trabajadores por cuenta propia, mientras que el empleo asalariado aún se encuentra rezagado, lo que sugiere que el aumento de la tasa de ocupación está asociado a una menor calidad del empleo. A su vez, la dinámica inflacionaria observada en los primeros seis meses del año podría tener un impacto negativo en la remuneración real de los trabajadores y, por lo tanto, en el consumo de los hogares.
“Dada la lenta recuperación de los mercados laborales, las políticas para dinamizar el empleo siguen siendo muy pertinentes y el desafío es avanzar tanto en la creación de nuevos puestos de trabajo, como en evitar la destrucción de las fuentes actuales de empleo”, señalan Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, y Vinícius Pinheiro, Director de la Oficina Regional de la OIT para América Latina y el Caribe, en el prólogo del documento.
El informe hace un balance de las medidas de mantenimiento de puestos de trabajo implementadas en la región principalmente durante 2020, las que probaron ser eficaces para disminuir la caída del empleo. El diseño de estos programas incluyó principalmente requisitos vinculados al salario y al uso del salario mínimo como referencia para determinar el monto del beneficio, con lo que se orientaron principalmente a los trabajadores asalariados formales de menores ingresos. Sin embargo, la alta incidencia de la informalidad y la ausencia de seguros de desempleo en varios países hicieron más compleja la tarea de diseño e implementación de estos programas de soporte económico para grupos vulnerables.
En tanto, en 2021, en un contexto de recuperación incipiente con medidas de confinamiento más puntuales, de menor duración y cobertura geográfica, se inició la transición hacia otro tipo de políticas, en particular los subsidios a la contratación, siguiendo la misma secuencia de los países más desarrollados. En algunos casos, conforme la vacunación ha avanzado, estos subsidios se han focalizado en los sectores y grupos que fueron más afectados por la pandemia, y buscan beneficiar a jóvenes y mujeres, especialmente de baja calificación.
Según CEPAL y OIT, se aprecian similitudes entre los países respecto de algunas condicionalidades de los subsidios vinculadas al pago de impuestos y la formalización del empleo. Sin embargo, debido a restricciones presupuestarias y debilidades en la institucionalidad laboral, no todos los países de la región cuentan con programas específicos para incentivar nuevas contrataciones. En ese sentido, la continuidad de estos instrumentos de políticas de empleo para esta crisis y las que puedan desencadenarse en el futuro supone un desafío, concluyen ambas instituciones.
Más información:
• Documento CEPAL-OIT: Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe: Políticas de protección de la relación laboral y de subsidios a la contratación durante la pandemia de COVID-19.
• Observatorio COVID-19 en América Latina y el Caribe.