Comida Callejera XL: ¿Es lo que dicen en las redes?

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Un restaurante que ha captado la atención de amigos y competencia, impulsado por un perfil de TikTok que comenzó con la frase: “Chef, Chef, ¿qué puedo comprar con x cantidad de dinero?”. Curiosamente, el perfil no lleva el nombre del comercio, sino el de @chef_krasinski con 261.1 K seguidores y 5.1 M de Likes.

Su aventura como empresario se ha visto complementada con su actitud extrovertida. No solo se ha convertido en el creador de contenido que promociona su negocio, sino que también ha involucrado a algunos de sus colaboradores en esta estrategia de difusión.

Es importante aclarar, para quienes conocen la transparencia de mi medio digital, que no hablo por hablar. Además, esta no es una nota comercial, sino una nota de opinión, con la objetividad y honestidad que me caracterizan.

La experiencia

El restaurante está aproximadamente a un kilómetro de donde resido. Como muchos saben, no soy amante de las multitudes, las filas ni los lugares ruidosos, por lo que no tengo muchas opciones gastronómicas que me agraden. Generalmente, busco restaurantes de montaña donde pueda encontrar espacios cómodos.

Sin embargo, el pasado 28 de agosto de 2024, por motivo de mi cumpleaños, unos amigos me invitaron a este restaurante. Para ser sincero, iba con pocas ganas, pues el ruido de la gente, la música y las aglomeraciones suelen sofocarme, al punto de que termino huyendo de estos lugares.

Al llegar, encontramos el parqueo principal lleno, así que tuvimos que estacionarnos en otro al frente, lo que aumentó mi ansiedad por la fobia social. Aun así, no quería desairar a mis amigos, quienes me habían invitado como muestra de aprecio.

Para mi sorpresa, el lugar estaba decorado con grafitis artísticos que le daban un ambiente acogedor. Aunque había fila, el ruido no era apabullante y la música no tenía el volumen de una tienda de ropa. Lo que más me impactó fue que, a pesar de la cantidad de gente, nunca sentí que invadieran mi espacio personal. Las mesas estaban distribuidas de tal manera que incluso dos personas robustas podían cruzarse sin problema.

En cuanto a la comida, la presentación, calidad y sabor fueron lo mejor. Al principio pensé que el precio era alto para unas papas con carnes mixtas, pero he pagado lo mismo en otros lugares por algo ridículo en comparación. Soy buen comedor, y aun así me llevé la mitad de la comida para almorzar al día siguiente.

Otra sorpresa fue encontrar una urna de vidrio con productos similares a lo que se conoce como una «Cajita Feliz», pero con una calidad impresionante. Para mí, fue el reflejo de un empresario que ofrece una alternativa de primer nivel, a un precio justo.

Lo más sorprendente es que, siendo una persona con mi perfil —fóbico social, poco amante de las aglomeraciones—, terminé queriendo regresar.

¿Por qué esta nota?

Siendo dueño de mi medio digital, ¿por qué escribir sobre Comida Callejera XL si no me pagan por hacerlo? La respuesta es sencilla.

Como empresario costarricense, sé lo difícil que es recibir apoyo en los emprendimientos. En casi cinco años con mis plataformas de noticias y programas, solo una marca pautó con nosotros por pocos meses. He estado al borde de la quiebra, he sufrido ataques de hackers y el apoyo de la gente suele ser insuficiente para subsistir en el mercado. Mientras tanto, agencias de publicidad y empresas que me contactaron; ligadas a la política invierten en medios que no denuncian corrupción ni abusos de poder.

Sé lo que es pasar noches sin dormir pensando en cómo pagar las cuentas. También sé que la envidia nunca duerme. Desde que el restaurante anunció su apertura, era evidente que aparecerían personas tratando de perjudicarlo. Incluso han surgido negocios de comida que buscan imitarlo. Ser diferente en Costa Rica, muchas veces, es casi como dispararse en el pie.

Hoy, al ver una publicación que lo atacaba sin fundamento, me indignó y me llevó a escribir esta nota. He sido testigo de cómo los grandes capitales utilizan monopolios y campañas sucias para frenar a los emprendedores.

Por eso, hago un llamado a la reflexión. Dejemos de dejarnos llevar por publicidades absurdas y de atacar lo que es diferente. No a todos nos gusta lo mismo, pero eso no significa que debamos menospreciar lo que otros disfrutan. A mí no me gusta el fútbol ni las aglomeraciones, pero no por eso voy a faltarle el respeto a quienes sí lo disfrutan.

¿Por qué atacamos a un negocio solo porque su calidad y servicio lo mantienen lleno de clientes? ¿Por qué pensamos que lo internacional siempre es mejor, cuando muchas empresas extranjeras vienen a Costa Rica a huir del comercio agresivo de sus países?

Reflexión final

Mi opinión se basa en mi experiencia personal, desde mi cumpleaños del año pasado. Como fóbico social y con rasgos de autismo, debo decir que este restaurante es para toda la familia. Y eso sí, hay que medirse con las porciones, porque aquí realmente sirven lo que uno paga.

Opinión de Gerardo Ledezma

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