Laboratorios oficiales y autoridades nacionales de 19 países de América Latina y el Caribe están trabajando juntos en el marco del proyecto regional de cooperación técnica RLA5085 “Fortalecimiento de la capacidad de los laboratorios oficiales para monitorear brotes de enfermedades animales y zoonóticas prioritarias y responder a ellas (ARCAL CLXXIV)”, que cuenta con el apoyo del Organismo Internacional de Energía Atómica – OIEA / IAEA.
En la región se despliega un alto flujo de comercio transfronterizo de animales y productos que reportan grandes beneficios y también riesgos, por eso, este proyecto tiene como objetivo fortalecer las capacidades diagnósticas de los laboratorios veterinarios oficiales en Latinoamérica, mediante protocolos, planes de validación y de respuesta a emergencias, así como también capacitaciones para el personal en cinco enfermedades: Newcastle, influenza aviar, , peste porcina clásica, peste porcina africana y brucelosis.
Las enfermedades animales tienen el potencial de propagarse rápidamente, desencadenando graves efectos para la economía, la seguridad alimentaria, la salud animal y la salud pública.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en 2020, 260 millones de personas padecieron inseguridad alimentaria moderada o grave en la región. En tanto, un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), indica que cerca del 60% de las enfermedades infecciosas en humanos
y el 75% de las enfermedades infecciosas emergentes son zoonóticas, es decir, se transmiten de animales a humanos.
“Estas cifras son de gran importancia para este proyecto y nos impulsan a tomar acciones inmediatas para contar con las capacidades y las herramientas, no solo para monitorear posibles brotes de enfermedades animales y zoonóticas, sino que además para tomar las medidas preventivas necesarias para velar por la seguridad alimentaria y por la salud de todos quienes habitamos la región. Ese es nuestro compromiso y nuestra motivación”, señaló Gabriela Hernández, jefa de Unidad Microbiología Médico Veterinaria del Servicio Nacional de Salud Animal (SENASA) de Costa Rica, quien además actúa como contraparte líder de este proyecto.
La OIEA jugará un papel crucial en este proyecto, aportando recursos, transferencia de conocimientos a través de cursos regionales de capacitación y misiones de expertos; este proyecto inició este año y se extenderá hasta el 2024.
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