Daniel Ortega dice que Costa Rica es sede terroristas nicaragüenses

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Perseguidos políticos normalmente son quienes buscan llegar a otros países para poder luchar por los derechos humanos de sus conciudadanos.

El gobierno de Nicaragua ha ejercido persecución de medios de comunicación, ha encarcelado a opositores políticos y ha generado persecución contra ciudadanos que pertenecen a la iglesia católica que usan el púlpito para despertar al pueblo nicaragüense para luchar por su libertad.

Algunas muertes en Costa Rica, se pueden atribuir a sicariatos del régimen ortegista en contra de todo el que sea oposición, asi lo han denunciado algunos activistas que residen en Costa Rica, quienes han recibido amenazas o incluso les han realizado intentos de asesinato.

La siguiente nota es fiel a la original de 100% Noticias


¿Cómo opera la inteligencia nicaragüense de Daniel Ortega en Costa Rica?

La Cancillería de Nicaragua ha convertido su trabajo normal de tiempo de paz, a una “Diplomacia de Guerra”, en la cual todas las embajadas desarrollan labores de inteligencia profunda en los países con los que se tienen relaciones diplomáticas

Luego de desarrollar la caracterización del principal agente de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo en Costa Rica, el Encargado de Negocios y Relaciones Consulares, Valdrack Ludwing Jaentschke Whitaker, (a) Marlon en su época de responsable de la Sección D del Departamento F – 8 de la Dirección General de la Seguridad del Estado, DGSE, en los años 80’s, la redacción del Boletín A Fondo nos ha solicitado develar como está operando la inteligencia nicaragüense en Costa Rica, como una medida de denuncia y prevención para la seguridad de los exiliados que viven en ese país.

En primer lugar y tal como lo anotamos en la edición anterior, la Cancillería de Nicaragua ha convertido su trabajo normal de tiempo de paz, a una “Diplomacia de Guerra”, en la cual todas las embajadas desarrollan labores de inteligencia profunda en los países con los que se tienen relaciones diplomáticas.

Las labores de Inteligencia van desde la búsqueda de información de interés para el país, pasando por labores de espionaje, hasta la creación de células, aprovechando los fenómenos migratorios, la infiltración hecha dentro de los movimientos que se oponen a los Ortega y Murillo y la compra de voluntades por diferentes vías, para convertir a simples ciudadanos en agentes encubiertos, esto incluye a funcionarios de estructuras gubernamentales que son de interés específicos.

Casi todos los países, desarrollan este tipo de actividades a través de sus sedes diplomáticas, pero en el caso que nos ocupa, Nicaragua, trabaja desde dos ángulos, uno de ellos, desacreditar los señalamientos de la comisión de Crímenes de Lesa Humanidad e imponer la narrativa del Golpe de Estado sufrido en abril del 2018, y el otro, desarticular los grupos que se le oponen o desarrollan acciones políticas que merman la credibilidad del gobierno, posibilitan sanciones al régimen de Managua o tienen incidencia activa en los organismos internacionales.

La Cancillería de Nicaragua trabaja estrechamente con la estructura que dirige la inteligencia en el país, para colocar el personal clave en los países en los cuales ellos han determinado la existencia de los grupos referidos anteriormente, personal que en la mayoría de los casos provienen de la Inteligencia del Ejército, conformada por la Dirección de Información para la Defensa, DID, la Inteligencia Militar, IM, y la Contrainteligencia Militar, CIM.

Esta estructura determina que oficiales serán acreditados y en que países, en dependencia de la experiencia que tengan, la especialidad en la cual han sido preparados y la cobertura que puedan tener en el país seleccionado. Luego, para el caso de Costa Rica, se encuentra, en el orden correspondiente, el personal que realiza labores de Inteligencia en la Embajada de Nicaragua en ese país, los cuales son acreditados como personal civil, tanto en la Embajada como en el Consulado. Después del 2018 llegaron a tener hasta 22 oficiales acreditados sin cargos visibles.

Todo este personal que trabaja a lo interno de la Embajada está coordinado por Valdrack Ludwing Jaentschke Whitaker, (a) Marlon, existiendo uno o dos oficiales enlaces, quienes responden a este último, aunque pueden tener contacto directo con algún oficial de inteligencia en Nicaragua, para manejar distintos ángulos de la información de interés. Estos actúan bajo la figura de Ministros Consejeros de la Embajada, cargo que les da algún nivel de inmunidad diplomática, necesaria para la actividad que desarrollan. En la Embajada de Nicaragua en Costa Rica están acreditados dos, Cristian Noel González Jiménez y Luis Alberto Nicaragua Cano.

Mediante los Oficiales de Inteligencia que periódicamente llegan al país, por vías legales o ilegales, utilizando la figura de turistas, solicitantes de refugio o simplemente en condición irregular, pero que después de un tiempo y de finalizar la misión encomendada, regresan a Nicaragua, se organiza el personal de inteligencia externo a la Embajada. Son redes creadas con ciudadanos nicaragüenses afectos al gobierno de los Ortega – Murillo y que tienen años de vivir en Costa Rica.

Las principales misiones que realizan son: labores de vigilancia, seguimiento, información, desinformación, facilitan además casas de seguridad para los elementos siguientes en la estructura de inteligencia que opera en Costa Rica: Los Paramilitares que han llegado al país para la neutralización de los grupos rebeldes y de oposición cívica al régimen de los Ortega – Murillo.

Estos no tienen ningún tipo de cobertura, provienen de las filas territoriales de los paramilitares y pueden estar coordinados por oficiales de Inteligencia que entraron al país junto con ellos y están coordinados y estructurados como células operativas de carácter militar.

Finalmente, están los Operativos de Inteligencia en la frontera entre Costa Rica Nicaragua. Estos están conformados por los retenes fijos de la policía y el ejército, los cuales están ubicados en puntos de paso obligado en carreteras, caminos, poblados, accesos legales o rutas ilegales que están debidamente ubicadas, por ser los lugares de tránsito usados frecuentemente por los migrantes irregulares que van a Nicaragua o llegan a Costa Rica.

Luego están las patrullas móviles fronterizas, en estas actúan conjuntamente policías, miembros del ejército, paramilitares, militares cubanos y venezolanos. Especial importancia en este tendido fronterizo lo tienen dos ex oficiales del ejército, quienes tienen a su cargo el control de la frontera entre Costa Rica y Nicaragua, la cual han dividido en dos zonas. Uno de ellos, el ex oficial de Tropas Guarda Fronteras, TGF, José María Sánchez Santana (a) Nacho, cuya zona de control va desde Peñas Blancas hasta Conventillos, en La Cruz, teniendo su base de operaciones en El Ostional.

El otro es el excapitán de Inteligencia Militar, IM, Sergio Argueta Meza, quien tiene a su cargo la franja fronteriza que va desde Peñas Blancas por el este hasta llegar al Castillo, en el departamento de Rio San Juan, teniendo su base de operaciones en Cárdenas. Ambos controlan a todos los “Coyotes” que trabajan en el tráfico de personas que van y vienen de Nicaragua hacia Costa Rica y viceversa, el contrabando de mercancías, narcotráfico y armas.

Todo lo que se mueve a través de la frontera pasa por ellos y son los elementos claves en la operatividad del ejercito y la policía en la mayor parte del territorio que divide a ambos países. No solo controlan a los tratantes de personas (Coyotes) que operan en la zona a su cargo, sino que tienen control sobre muchos pobladores de ambos lados de la frontera, quienes a su vez mantienen el control sobre el personal de la Guardia de Frontera costarricense y los operativos que montan, de tal forma que mantienen al tanto a los personajes antes citados, y estos a su vez al ejercito y a la policía.

En conclusión, la Inteligencia nicaragüense opera con absoluta libertad en Costa Rica, manteniendo una estructura que abarca muchas de las provincias donde se ubican quienes salieron al exilio después del 2018, destacándose San José, sede de la Embajada de Nicaragua; Heredia, donde hay muchos nicaragüenses que llegaron en calidad de migrantes económicos, pero con vínculos con el FSLN; la provincia de Guanacaste, por ser la zona fronteriza y lugar de transito para todo el que entra o sale del país, y en la Provincia de Limón, donde están vinculados al narcotráfico, tratando de camuflarse entre las estructuras delictivas que operan en esta zona. Es importante mantener y tomar las precauciones debidas, pues el orteguismo no descansa y está decidido a mantenerse en el poder cueste lo que cueste, sin importarle si viola las leyes extranjeras o la legalidad diplomática en los países donde operan.

Este artículo fue originalmente publicado en El Boletín A Fondo del Mayor en retiro Roberto Samcam.


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