Berlín fue escenario este 2 de febrero de una multitudinaria manifestación en la que alrededor de 160.000 personas salieron a las calles para protestar contra la extrema derecha y exigir un distanciamiento de los partidos tradicionales respecto a Alternativa para Alemania (AfD). La marcha, convocada por la organización ciudadana «Campact» bajo el lema «Levantamiento de los decentes. Manifestación por el cortafuegos», recorrió puntos clave de la capital alemana, incluyendo el Parlamento y la sede de la Unión Demócrata Cristiana (CDU).

Rechazo a la Colaboración con la AfD
El movimiento de protesta se intensificó tras la reciente aprobación de una propuesta no vinculante para endurecer las políticas migratorias, la cual fue respaldada tanto por el bloque conservador de la CDU, liderado por Friedrich Merz, como por la AfD. La alianza en esta votación generó indignación en amplios sectores de la sociedad alemana, que la consideran un quiebre con el principio histórico de evitar cualquier tipo de cooperación con la extrema derecha.
Durante la manifestación, destacadas figuras públicas como Michel Friedman, exmiembro de la CDU que renunció en protesta por la postura del partido, y la activista climática Luisa Neubauer criticaron a Merz y exigieron un compromiso claro con la defensa de los valores democráticos. Los manifestantes portaban pancartas con mensajes como «Yo soy el cortafuegos», en referencia a la barrera política que tradicionalmente ha aislado a la extrema derecha en Alemania.

Un Movimiento en Crecimiento
Las protestas en Berlín forman parte de una serie de movilizaciones que se han llevado a cabo en diversas ciudades alemanas en las últimas semanas. Se espera que continúen en los próximos días, coincidiendo con un congreso de la CDU y las elecciones generales del 23 de febrero, donde la AfD busca consolidar su creciente apoyo electoral.
El aumento de la popularidad de la AfD, impulsado por un discurso antimigración y nacionalista, ha generado preocupación tanto a nivel político como social en Alemania. Diversos analistas advierten sobre el riesgo de que partidos tradicionales comiencen a flexibilizar su postura frente a la extrema derecha, lo que marcaría un cambio significativo en el panorama político del país.
Las protestas reflejan una respuesta contundente de la sociedad civil, que busca evitar cualquier normalización de la AfD en la política alemana. La movilización de decenas de miles de personas en Berlín es una señal de que el debate sobre el futuro de la democracia alemana y la relación de los partidos tradicionales con la extrema derecha está lejos de terminar.
