Recientemente me reuní con la periodista y activista de derechos nicaragüense Berta Valle, y con el abogado experto en derechos humanos Jared Genser. Conversamos sobre el abuso y el sufrimiento que viven los presos políticos en Nicaragua, incluyendo la condición actual de Félix Maradiaga, marido de Berta Valle.
Los presos políticos han recibido, recientemente, condenas de 8 a 13 años de reclusión, todas arbitrarias e injustas, impuestas a ellos por ejercer su derecho a la protesta y a varios por ejercer su derecho a participar en política, es decir, a elegir y ser elegidos. No se les permite recibir visitas con la frecuencia que marcan los estándares internacionales en la materia. En el caso de Maradiaga, ha recibido solo una visita en los últimos 55 días.
Los presos políticos no tienen suficiente acceso a la luz solar. No tienen acceso a material de lectura alguno, ni a elementos de escritura. No reciben correspondencia. No reciben atención médica adecuada, a veces no la reciben en absoluto. Y la alimentación es insuficiente, con lo cual todos han experimentado una pérdida de peso que pone en riesgo su salud.
En el caso específico de Félix Maradiaga, su esposa tiene constancia de malos tratos recibidos, lo cual ha contribuido al deterioro de su condición física y psíquica.
El régimen nicaragüense debe desmantelar este verdadero sistema de represión y tortura. Estas violaciones de los Derechos Humanos ameritan la intervención de la justicia internacional a efectos de poder llevar adelante una investigación competente, dirimir responsabilidades y administrar reparaciones.
Convoco a la comunidad internacional a aumentar la presión diplomática sobre el régimen de Managua y multiplicar las muestras de solidaridad con los presos políticos y sus familias.
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