Un nuevo hallazgo relacionado con la crisis de desapariciones forzadas en México ha salido a la luz en el estado de Jalisco. Se trata de un rancho en el municipio de Teuchitlán, identificado como un campo de exterminio operado por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). El sitio fue localizado por el colectivo de búsqueda Guerreros Buscadores de Jalisco, tras recibir información anónima que alertaba sobre la presencia de cuerpos calcinados y restos humanos en la zona.
El rancho, conocido como Izaguirre, tiene una extensión de casi 10,000 metros cuadrados y albergaba al menos tres crematorios clandestinos. En su interior se encontraron cientos de pares de zapatos, prendas de vestir, identificaciones y hasta una carta de despedida, lo que sugiere que allí fueron asesinadas múltiples víctimas.
Un sitio de exterminio y entrenamiento criminal
Las investigaciones indican que el lugar no solo era utilizado para la eliminación de cuerpos, sino que también funcionaba como centro de entrenamiento del CJNG. Dentro de la propiedad se identificaron áreas destinadas a la preparación física de sus integrantes, así como un altar de santería, lo que podría estar relacionado con rituales del grupo delictivo.
Los colectivos de búsqueda han señalado que este descubrimiento refuerza la magnitud del problema de las desapariciones en Jalisco. Según datos oficiales, desde 2006 hasta finales de 2023, en la entidad se han identificado al menos 12 sitios de exterminio y 233 fosas clandestinas, convirtiendo al estado en uno de los principales focos de violencia y desapariciones en el país.
Ubicación estratégica y modus operandi
El rancho Izaguirre está ubicado en una zona estratégica, alejada de zonas urbanas y con acceso a caminos secundarios, lo que facilitaba el transporte de víctimas y la operación del CJNG sin ser detectado por las autoridades. Testimonios de familiares de desaparecidos indican que el sitio pudo haber estado en uso durante varios años, dado el volumen de restos encontrados.
Las prácticas del CJNG en este tipo de lugares suelen incluir la eliminación de cuerpos mediante incineración en fosas o tambos con combustible, una táctica utilizada por distintos grupos del crimen organizado en México para evitar la identificación de sus víctimas y reducir la posibilidad de rastreo forense.
Investigación en curso y respuesta de las autoridades
Tras el hallazgo, la Fiscalía General del Estado de Jalisco ha iniciado una investigación para determinar la identidad de las víctimas y esclarecer los hechos. Equipos periciales trabajan en la recolección de restos óseos y otros indicios que puedan aportar información sobre las personas que fueron llevadas al lugar.
Organizaciones de derechos humanos y colectivos de búsqueda han exigido que este caso no quede impune y que se refuercen los esfuerzos para localizar a más víctimas de desaparición forzada. La crisis de violencia en Jalisco sigue en aumento, con miles de familias buscando respuestas sobre el paradero de sus seres queridos.
Un problema que sigue creciendo
El hallazgo del campo de exterminio en Teuchitlán es un reflejo de la situación crítica que enfrenta Jalisco en términos de violencia y desapariciones. Con más de 14,000 personas desaparecidas en la entidad, el estado se ha convertido en uno de los epicentros de esta problemática en México.
A medida que avanzan las investigaciones, se espera que las autoridades brinden información más detallada sobre el número de víctimas y el tiempo que este sitio estuvo en funcionamiento. Mientras tanto, los colectivos de búsqueda continúan exigiendo justicia y la implementación de medidas efectivas para frenar la violencia en la región.
