QUITO, ECUADOR — Ecuador rindió honores este fin de semana a los once militares asesinados el pasado jueves 9 de mayo durante una emboscada en la región amazónica de Alto Punino, en la provincia de Sucumbíos, cerca de la frontera con Colombia. El ataque fue atribuido al grupo armado colombiano Comandos de la Frontera, que opera en zonas vinculadas a la minería ilegal.
Los soldados participaban en un operativo militar contra la extracción ilegal de oro cuando fueron emboscados con explosivos y armas de fuego. El saldo fue de once uniformados muertos —dos oficiales y nueve soldados— en uno de los episodios más mortales para las fuerzas armadas ecuatorianas en los últimos años.
Los cuerpos fueron trasladados a Quito, donde se realizaron los actos oficiales de velación en las instalaciones del Colegio Militar Eloy Alfaro. Familiares, compañeros de armas y autoridades, entre ellas el ministro de Defensa, Gian Carlo Loffredo, estuvieron presentes en la ceremonia de despedida. El domingo 11 de mayo se celebró una misa en su memoria.
El presidente Daniel Noboa declaró tres días de duelo nacional y aseguró que el crimen no quedará impune. “Nuestros soldados cayeron cumpliendo con su deber, enfrentando a criminales que pretenden desestabilizar nuestra soberanía. Vamos a responder con firmeza”, señaló el mandatario.
El ataque pone en evidencia la creciente presencia de grupos armados colombianos en territorio ecuatoriano, en zonas afectadas por actividades ilegales como la minería y el narcotráfico. Las autoridades ecuatorianas han reforzado las operaciones militares en la región y coordinan acciones con Colombia para dar con los responsables.



