El Estado de Costa Rica, como abanderado histórico de la democracia, no puede firmar este tratado (Vídeo)

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Transcripción | «En este plenario, hemos escuchado muchas voces que se levantan en defensa de la institucionalidad, la democracia, las libertades y los derechos. Sería extraño que no lo hagamos si, al menos hasta hace algunos años, nos ha respaldado una historia democrática y de respeto, no solo de la institucionalidad, sino también de nuestro ser costarricense. No en vano, algunos de los días festivos conmemoran la defensa de nuestra soberanía, como el 11 de abril, por ejemplo, cuando recordamos un aniversario más en el que le ganamos la patria y la libertad a los filibusteros.

Pero, ¿y las nuevas tendencias y corrientes de filibusteros robapatrias? ¿Qué haríamos los costarricenses si alguien sugiriera vender nuestra democracia? ¿Cuál sería la reacción de cada uno de ustedes si alguien promoviera vender nuestra independencia? Peor aún, ¿si alguien vendiera nuestra libertad con nuestro propio dinero? Este escenario caótico que les presento no está nada alejado de la realidad, lamentablemente.

Le han puesto precio a nuestra democracia e independencia. En la última década, compañeros, se han pagado más de 1,800 millones de colones con dinero de todos los costarricenses a cambio de que se nos impongan reglas y medidas contrarias a nuestra idiosincrasia costarricense. Esta es la suma que se le ha pagado a la Organización Panamericana de la Salud (OPS). El año pasado se pagaron 163 millones de colones a este organismo por concepto de membresía.

La pregunta que debemos hacernos es: ¿a cambio de qué? ¿Cuál es el retorno de ese gasto? ¿Qué gana Costa Rica con esa membresía? Con 1,800 millones de colones, ¿cuántas camas podríamos instalar en el Hospital San Rafael de Alajuela para que nadie tenga que dormir en el suelo? Por ejemplo, podríamos construir 4 herbales, podríamos modernizar las salas de operaciones y equipar nuestros hospitales.

Eso sí tendría un verdadero impacto positivo en la salud de los costarricenses. Entonces, ¿en qué se invierten esos recursos que los costarricenses pagamos con nuestros impuestos? Aparte de promover una agenda ideológica ajena a nuestros principios y valores, como cursos gratuitos sobre terapia afirmativa LGTBI, ¿a qué se dedican? Se dedican a promover acuerdos que atentan contra nuestra democracia y nuestra soberanía.

Recientemente, el pasado 16 de febrero, la OPS convocó una reunión de países de las Américas sobre el futuro para hablar sobre el futuro acuerdo global frente a pandemias.

El objetivo del encuentro fue revisar los componentes del borrador del tratado pandémico que se presentará a partir del 27 de mayo para la aprobación de la Asamblea Mundial de la Salud (AMS), entre ellos los cambios realizados a los artículos 15 y 16 del Reglamento Sanitario Internacional, con los que pretenden que los criterios de la OMS, que hasta ahora son recomendaciones, pasen a ser vinculantes, y también pretenden aprobar un documento denominado Acuerdo sobre Prevención, Preparación y Respuesta a Futuras Pandemias.

Sobre estos dos documentos, no presentaron un texto definitivo, aunque el mismo Reglamento Sanitario Internacional dispone que debe entregarse con 4 meses de anticipación a los Estados miembros. Evidentemente, quieren que se apruebe sin mayor cuestionamiento. Pero ya hemos visto los borradores y está claro que con esto buscan darle autoridad suprema al Director de la Organización Mundial de la Salud para que imponga el manejo de la política de salud sobre los Estados miembros.

Sus disposiciones serán entonces de acatamiento obligatorio. Buscan darle mayor control a la OMS sobre los gobiernos, personal médico, centros de salud y otros grupos que influyen en su toma de decisiones sobre salud en caso de una nueva declaración de pandemia.

Ya fuimos testigos cuando, sin estar dentro de un acuerdo como ese, durante el gobierno de Carlos Alvarado, se acogieron todas las recomendaciones de la OMS y la consecuencia fue el cierre arbitrario de negocios, se establecieron medidas absurdas como las restricciones vehiculares, violentando el derecho constitucional al libre tránsito en medio de la pandemia.

Obligaron a los costarricenses a utilizar transporte público, provocando aglomeraciones en las terminales y paradas de buses. Cualquiera pensaría que un organismo como la OMS basa sus criterios en la ciencia, pero fue precisamente en el transporte público el segundo lugar donde más se contagiaron los costarricenses.

Nos encerraron, cerraron los negocios, paralizaron nuestra economía y dejaron a miles de costarricenses sin trabajo. Pero también se violentó la libertad de las personas al obligarles a vacunarse en contra de su voluntad, incluso con vacunas vencidas. Peor aún, se obligó a vacunar a los niños aún cuando no existía suficiente estudio sobre los riesgos para los pequeños.

Entonces, mi posición, compañeros, no es conspiranoica, no es alarmista ni extremista, como ya sé que dirán algunos después de escuchar este discurso. Es que ya vimos lo que ocurre cuando nuestros gobernantes entregan nuestra democracia y nuestra soberanía a estos organismos.

En esa intervención que realicé en septiembre del año pasado o en una intervención sobre este mismo tema, hice un llamado a la Ministra de Salud, Doña Mari Munive, a que no titubee y rechace categóricamente estas enmiendas al Reglamento Sanitario Internacional.

El Estado de Costa Rica, como abanderado histórico de la democracia, no puede firmar este tratado. Pero Costa Rica no solo debe oponerse, sino que también debe tener un rol de oposición férrea a este atentado contra la autodeterminación de los pueblos.

Costa Rica no puede seguir arrodillándose ante estos organismos como durante el gobierno PAC, que vendió nuestra democracia a la Corte Interamericana de Derechos Humanos con la aprobación del matrimonio entre homosexuales y lesbianas, léanse entre comillas, a pesar de la oposición a este tema por parte de la inmensa mayoría de los costarricenses.

Creo que Costa Rica debería revisar bien en Nueva República lo que debería revisar bien la conveniencia de pertenecer a este tipo de organismos que claramente tienen intenciones antidemocráticas y que violentan nuestra soberanía nacional.

En estos días, hemos escuchado que el gobierno de Javier Milei tomó la determinación de prohibir el llamado lenguaje inclusivo y algunas expresiones. Coincidimos completamente con lo expresado por el gobierno de Milei. Lo que han hecho es provocar división, provocar conflicto y básicamente meter una ideología a la fuerza en la educación.

También escuchamos al Presidente de El Salvador, Nayib Bukele, diciendo que la ideología de género quedaría fuera de las escuelas y de la educación de su país. Dos decisiones valientes.

La pregunta es, ¿cuándo veremos decisiones valientes como estas en un gobierno de Costa Rica que en campaña se vendió como conservador? Nuestro Himno Nacional dice: ‘Cuando alguno pretenda tu gloria manchar, verás a tu pueblo valiente y viril’. Llegó la hora de que tanto en el gobierno, la Cancillería, nosotros los diputados y en todo Costa Rica…»

Transcripción con IA | Video del Diputado Fabricio Alvarado | Nueva República.

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