Aunque debería ser una de las poblaciones que goce de mayor protección, un sector de la niñez costarricense está siendo víctima de delitos y atropellos a sus derechos; una cruda realidad que fue analizada por dos fiscalas, quienes dirigen la Fiscalía Adjunta de Atención de Hechos de Violencia en Perjuicio de Niñas, Niños y Adolescentes (FANNA).
Rocío De la O Díaz, fiscala adjunta de ese despacho, y Floribeth Rodríguez Picado, fiscala coordinadora, participaron este martes en una transmisión de Facebook Live, en la página del Ministerio Público de Costa Rica, en la que, entre otros temas, revelaron los hallazgos del diagnóstico que se llevó a cabo a partir de la creación de la FANNA, en mayo del 2020.
Una de las realidades que enfrentan las niñas y los niños víctimas de abusos, negligencia o violencia es que los delitos que sufren son cometidos, en la mayoría de los casos, dentro de su núcleo familiar, por padres, madres, padrastros, madrastras o familiares cercanos.
“Por lo general, las niñas y niños, sobre todo los más pequeños que están en su hogar, si son víctimas de delitos son por sujetos activos que están en su misma casa; pero también, eso se puede trasladar a personas cercanas, que no necesariamente están en el hogar, pero que sí tienen una relación con la familia, como los vecinos, una persona cuidadora, a veces en las escuelas o colegios también se dan situaciones”, explicó la fiscala De la O.
Uno de los principales llamados de atención hecho por las expertas fue el de asumir responsabilidad por el bienestar de la niñez, la cual, en medio de su condición de vulnerabilidad, requiere que las personas adultas se conviertan en garantes de sus derechos.
“Las personas menores de edad son seres humanos totalmente frágiles, que requieren de cuido y protección por parte de padres y madres o de personas cuidadoras”, recalcó Floribeth Rodríguez, quien, junto a ello, pidió denunciar todo hecho que represente un atropello de los derechos de niñas y niños.
La Fiscala Adjunta, por su parte, subrayó que las estadísticas en poder de FANNA revelan que la zona central del país es el sector en el que se presentan mas casos de delitos en perjuicio de esta población, lo cual, afirmó, puede deberse tanto a que ocurren más casos, como a que la población tiene mayor conciencia de la relevancia de denunciar y ejerce ese deber.
Eso sí, enfatizó que esas amenazas contra la niñez no hacen distingo entre condiciones socioeconómicas, puesto que las causas de delitos en perjuicio de población menor de edad se presentan en personas que se encuentran en todos los estratos sociales.
La fiscala coordinadora, por su parte, indicó que los centros educativos también se deben convertir en aliados en la denuncia de estos delitos, pues, en ocasiones, allí se revelan señales de maltratos que deben llamar la atención.
“Maestras y maestros deben estar atentos a las niñas y los niños; observen su comportamiento, puede haber un cambio, que un día llegue con un ojo golpeado, o que una persona que nunca utilizaba suéter use uno durante toda una semana; o que se aísle, que no quiera hablar con nadie, no quiera jugar; todas estas situaciones podrían decir que algo está sucediendo”, apuntó Rodríguez.
Ambas fiscalas abordaron otros temas, como los efectos de la violencia en la niñez, su vulnerabilidad para ser reclutados por grupos criminales, los riesgos que envuelve el uso de la tecnología y el trabajo que realiza la FANNA en la prevención del delito.
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