Durante el 2019, el gasto público en salud en Costa Rica fue de 2 019 933,2 millones de colones, representando el 5,6% del PIB del país, según se desprende del último Informe de Cuentas de Salud de Costa Rica, correspondiente al periodo 2017-2019.
Durante el periodo de estudio, el porcentaje del PIB destinado a gasto público en salud experimentó un crecimiento, pasando de 5,3% en el 2017, a 5,5% en el 2018 y 5,6% en el 2019. Además, el estudio mostró que el gasto corriente en salud por persona que realizó Costa Rica en el 2019 fue de 1 636 dólares, monto superior al promedio de América Latina que corresponde a 696 dólares, pero inferior al promedio de los países de la OCDE, cuyo monto fue de 3 413 dólares por persona.
De acuerdo con Dr. Gustavo Mery, Asesor en Sistemas y Servicios de Salud de la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud, los datos demuestran que el gasto en salud que realiza Costa Rica no puede ser considerado alto ni excesivo: “Si bien estas cifras representan el compromiso del país con la salud, el gasto público sigue estando por debajo de la meta de 6% del PIB que se establece en la Estrategia de Salud Universal. La información nos demuestra que el gasto público en salud necesita ser protegido y fortalecido, no sólo para evitar retrocesos, sino para acelerar y fortalecer el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible -tanto el #3 de Salud y Bienestar como otros que se relacionan con éste- así como el cumplimiento de la Estrategia de Salud Universal”, mencionó.
De acuerdo con el informe, el 74% del gasto corriente en salud de Costa Rica se financia con esquemas gubernamentales y de seguridad social (contributivos y obligatorios). Le sigue en importancia el pago directo de los hogares con un 22% del gasto corriente. Finalmente, un 4% se financia con esquemas de pagos voluntarios incluidos los seguros de salud voluntarios y la medicina de empresa.
Precisamente, el 22% de gasto directo en salud que es realizado por los hogares -también conocido como gasto de bolsillo- es uno de los hallazgos más relevantes del informe y representa una señal de alerta, ya que el Informe de la Salud en el Mundo de la OMS establece que un porcentaje superior al 20% puede significar un incremento en el riesgo financiero para los hogares.
“Los pagos directos de los hogares, también conocidos como gastos de bolsillo, se pueden convertir en una barrera para el acceso a la atención de la salud, e incluso generar empobrecimiento en aquellos hogares que deben sacrificar otros consumos básicos para poder acceder a los servicios de salud, incluyendo la adquisición de medicamentos”, explicó la Economista Mariannela Villalobos Cortés de la Dirección de Servicios de Salud del Ministerio de Salud.
De acuerdo con el estudio, el gasto directo de los hogares es la fuente principal de financiamiento en el país para adquirir medicamentos. En promedio, anualmente 59,1% del gasto en medicamentos se paga por los hogares directamente. En segundo lugar, están los esquemas de seguros sociales obligatorios que cubren, en promedio, un 39,5% de este gasto. Datos del Banco Mundial indican que, en el año 2018, Costa Rica era el cuarto país de la región con mayor gasto de bolsillo en productos farmacéuticos.
Otro de los hallazgos más relevantes es el cumplimiento de la meta del Pacto 30-30-030 de OPS/OMS. Entre 2017 y 2019 el gasto público en Atención Primaria en Salud (reflejado como gasto en el Primer Nivel de Atención) tuvo un crecimiento real con una tasa del 12,2%, representando el 39,2% del gasto público en salud para el 2019. Este indicador demuestra el cumplimiento de la meta del Pacto 30-30-30 de OPS/OMS y los países de América Latina, que propone que, para el año 2030, el gasto público en salud sea del 6% del PIB, reducir el 30% de las barreras de acceso y que 30% del gasto público se derive al Primer Nivel de Atención (PNA).
“Estos datos reflejan que Costa Rica tiene una sólida base en el Primer Nivel de Atención en salud, lo cual es importante, debido a que el enfoque preventivo que conlleva este modelo lo convierte en la forma más eficiente y equitativa de invertir en salud para que esta inversión realmente contribuya al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, comentó el Dr. Gustavo Mery.
Sobre el estudio
El Informe de Cuentas de Salud de Costa Rica 2017-2019 tiene como objetivo saber cuánto se gasta en salud en Costa Rica, en qué se gasta y quién lo paga. Esto se logra determinar siguiendo el flujo de financiamiento para la salud desde sus orígenes hasta el uso final del bien o servicio.
“Conocer esta información sirve principalmente para tomar decisiones de política pública. Por ejemplo, con esta información se puede analizar la sostenibilidad financiera del sistema de salud costarricense, que desde antes de la pandemia enfrentaba retos significativos en su financiamiento; además, sirve como punto de partida para analizar cómo hacer para que los recursos se direccionen de la forma más eficiente. Este informe responde también a un principio de transparencia del Ministerio de Salud como ente rector de la materia y permite que la población sepa cómo está siendo utilizados los recursos, en un contexto en el cual son limitados”, explicó la economista Mariannela Villalobos Cortés de la Dirección de Servicios de Salud del Ministerio de Salud.
Adicionalmente, el estudio permite respaldar con datos algunos temas que actualmente están siendo sujeto de discusión, por ejemplo, el gasto en el que incurren los hogares para solventar sus necesidades de salud (como medicamentos), así como el fortalecimiento de la atención primaria en salud.
Este estudio fue hecho con la metodología SHA2011, que es el marco estándar internacional para medir el gasto en salud, desarrollada por OCDE, EUROSTAT y OMS. Los datos se obtienen de instituciones del sector público y privado que ofrecen o financian servicios y bienes de salud a la población que habita en Costa Rica.
Pese a que utiliza la misma metodología en estudios anteriores, no se recomienda comparar los resultados de este periodo con otros, ya que en el 2017 la metodología SHA2011 fue actualizada. Además, para el estudio 2017-2019 se incorporaron nuevas fuentes de información y se realizaron mejoras en la recolección y codificación de los datos en algunas categorías. Por ejemplo, en las fuentes de datos se pasó de 10 instituciones en el informe anterior a más de 50 instituciones en este nuevo informe.
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