Un amplio operativo de búsqueda y rescate culminó de forma exitosa este miércoles, luego de que a eso de las nueve y media de la noche del martes el Guardacostas recibió, mediante la plataforma 9-1-1, una alerta en la que se indicó que una embarcación presentaba problemas mecánicos.
Dicho desperfecto terminando ocasionando que la nave se incendiara cuando se encontraba a una distancia de 243 kilómetros al sur del Golfo Dulce en Golfito, Pacífico sur…
Los tripulantes de la embarcación en llamas se lanzaron al agua y se aferraron a una boya para salvar sus vidas, pero antes hicieron una llamada desde un teléfono satelital, que les permitió reportar el suceso.
De forma inmediata, las autoridades del Guardacostas iniciaron las coordinaciones para poder llegar hasta el lugar en que se reportó el incidente, por lo que se buscó el apoyo de la Guardia Costera de Estados Unidos y del Servicio Aeronaval de Panamá (SENAN)
Es por ello que, gracias a las coordinaciones y al Convenio Internacional Sobre Búsqueda y Salvamento Marítimos, (Convenio SAR) que la alerta se le hizo extensiva a un mercante que se encontraba a 67 kilómetros del lugar en donde estaban los náufragos.
Fue así como poco después de las siete de la mañana de este miércoles, el buque logró recatar a tres hombres costarricenses, quienes se apellidan Carrillo de 40 años vecino de Barranca, Serrano de 49 años y Salas de 44 años, ambos vecinos de Chacarita, Puntarenas.
Una vez que el mercante salvó a los náufragos, se iniciaron las coordinaciones con las autoridades costarricenses para hacer entrega de los rescatados, por ende, realizó un acuerdo de punto de encuentro a 130 kilómetros del Golfo Dulce, en donde una lancha interceptora de la estación de Guardacostas de Golfito recogió a los tres sobrevivientes.
A eso de las cuatro de la tarde, los oficiales de Guardacostas llegaron al Muelle de Golfito en donde una comitiva esperaba a los rescatados para su valoración médica.
Sobre la embarcación en problemas, se trataba de un barco pesquero de nombre Baula X, matrícula P-10238, el cual se quemó por completo y, según su capitán, el problema inició cuando una batería explotó, generando así la alerta.
Por su parte, el capitán y los marineros solo agradecen a Dios, al Guardacostas y a todos los involucrados en este rescate, pues están sanos y salvos.