Las nuevas generaciones, son nuevos adultos con una incapacidad emocional e intelectual de asumir su responsabilidad como ciudadanos de una nación democrática, la ignorancia esta consumiendo su existencia en forma acelerada y despiadada.
Primero, es importante aclarar que cuando hablamos de ignorancia, hablamos de la falta de conocimiento, no se cuestiona la capacidad de razonar, sino que la falta de conocimiento en distintas áreas ciudadanas, está consumiendo sus vidas y limitandolos a defender lo que les han heredado nuestros abuelos.
La infantilización de los adultos, y de los adultos jóvenes que se ha generado desde incluso nuestros centros de estudio, ¿como puedo afirmar esto? Sencillo, salga a la calle y pregúntele a las personas, a cualquiera, ya sea un policía o un funcionario público si conocen la Constitución Política, pregúntele también sobre la deuda pública, y la corrupción.
La desinformación ciudadana supera los limites, al punto que se les ha enseñado que ver noticias es nocivo para su salud, se les ha enseñado que es mejor entretenerse que informarse. Pero por desgracia se ha venido borrando la memoria histórica, desde la eliminación del paseo de los estudiantes, hasta el cambio de la celebración de fechas conmemorativas en el país.
Mientras los costarricenses estamos siendo saqueados por la Clase Política que desde los micrófonos legislativos dijeron ya no tenerle miedo al pueblo, y que como van a tenerle miedo si el pueblo no sabe reaccionar, porque el pueblo no se quiere informar.
El peligro, es que con el cambio de gobierno, se ha venido cambiando muchas formas de hacer las cosas en el Poder Ejecutivo, pero es evidente como el PAC dejó muchas pulgas en la administración pública, si, hablamos de los conocidos Progres del Socialismo del Siglo XXI, que tienen una lucha ideológica aprovechada por la corrupción, y que ha fracasado en todos lados, incluso en Cuba.
El socialismo del siglo XXI, que se unió con los carteles del narco desde Colombia y Venezuela, ha venido trasformando gobiernos en América Latina, en los últimos 60 años.
La única forma de luchar contra estos abusos es desde las comunidades, enseñando a las nuevas generaciones la historia, nuestra constitución y la importancia de una democracia participativa, es momento de salir de nuestro estado de confort y defender nuestra democracia, antes de repetir la historia de países latinoamericanos tomados por la corrupción.
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