La violencia contra las mujeres provoca una fractura a toda la sociedad

Hoy, 25 de noviembre, se conmemora una fecha de gran relevancia para todas las personas que trabajan por la justicia, la igualdad y el respeto de los derechos humanos: el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. Esta jornada, además de una conmemoración, es un llamado urgente a tomar acciones ante el flagelo que miles de mujeres enfrentan diariamente debido a la violencia, y que sigue siendo una de las violaciones más sistemáticas a sus derechos fundamentales.

Esta fecha es un recordatorio de la urgencia de erradicar la violencia de género en todas sus formas, especialmente cuando sabemos que, en el país, los femicidios no solo persisten sino que han aumentado. Cada víctima representa una vida perdida, un sueño truncado, una familia destrozada.

El femicidio es la manifestación más extrema de la violencia de género, y como sociedad, tenemos el compromiso de erradicarlo. Es necesario que reconozcamos la magnitud de este problema y actuemos con responsabilidad y compromiso, porque las cifras no son solo números, son mujeres, son vidas. Al conmemorar esta fecha, no podemos permitir que sigamos perdiendo mujeres a manos de la violencia, y por ello, la Defensoría insta a todas y todos a sumar esfuerzos y actuar con determinación, para que cada mujer pueda vivir libre de miedo y con plenos derechos.

Para la Defensora de los Habitantes, Angie Cruickshank, esta fecha es una oportunidad para examinar cómo, a pesar de los avances en materia de derechos humanos, la violencia de género persiste, y, en muchos casos, se agudiza. Los hechos que reflejan las cifras de las estadísticas de violencia contra las mujeres, no solo son trágicos, sino también una denuncia clara de nuestras falencias como sociedad en la protección de los derechos humanos de las mujeres.

Entendemos que ninguna acción aislada será suficiente para erradicar la violencia de género. Se necesita un compromiso colectivo, que involucre a todas las partes: las instituciones públicas, las organizaciones de la sociedad civil, la academia, las empresas y, sobre todo, las comunidades.

La violencia perpetúa la pobreza, socava el desarrollo social y económico y genera un ciclo de sufrimiento que impacta a familias y comunidades enteras. No podemos permitir que esta violencia siga perpetuándose sin tomar medidas contundentes. Cada vez que una mujer sufre violencia, no solo le arrebatamos su libertad y dignidad, sino que debilitamos el tejido social que nos une a todos como sociedad. La violencia es una fractura que no distingue clases sociales, edades ni razas, y debemos enfrentarlo con una estrategia integral que aborde sus causas y consecuencias en todos los niveles.

Es importante reiterar que la violencia contra las mujeres no es solo un problema que afecta a las mujeres; es un problema de toda la sociedad.

Si te ha gustado, ¡compártelo con tus amigos! ESTIMADOS LECTORES: Nuestro mayor reto es hacer sostenible un periodismo libre e independiente, que de voz al pueblo, sin conflicto de intereses, apóyanos a seguir promoviendo la libertad de expresión. | SUSCRÍBIRSE | INGRESAR | APÓYANOS