El Poder Judicial pasa por tiempos difíciles, pues a través de la promulgación de leyes en materia económico, financiero y de reordenación del empleo público, se pone en peligro su independencia y se dificulta el manejo de actividad. Esa situación requiere una actitud vigilante y firme, de modo que la implementación de las modificaciones, no se utilice para afectar el valor fundamental de la independencia judicial.
Considero, por tener los atributos necesarios, que desde la Presidencia de la Corte puedo realizar con firmeza el papel que se requiere en la defensa de esos intereses superiores.
En forma inmediata procuraré, de ser electo, descongestionar la Corte Plena y ponerla al día en los casos pendientes de ser conocido por ese órgano. Paralelamente, promoveré reformas para trasladarle a otros órganos el exceso de actividad administrativa ordinaria, que le impiden abordar temas más importantes relacionados con el gobierno del Poder Judicial.
Al mismo tiempo, procuraré retomar la revisión de las estructuras y el funcionamiento del Poder Judicial, iniciadas hace 4 años con grupos de trabajo. Al mismo tiempo, a través de las Comisiones Jurisdiccionales, trabajar para erradicar, hasta donde sea posible, la mora judicial