Ya son 10.127 las personas que decidieron, sin reparo, con egoísmo, en muchos casos, por desconocimiento de la Ley o con premeditación, estacionar en un sitio prohibido.
En otros términos, se hacen unas 3 boletas por estacionamiento indebido cada hora del día, las 24 horas del día, durante todos los días de los primeros cinco meses del año, en promedio.
Para el director de la Policía de Tránsito, Oswaldo Miranda Víquez, atacar el estacionamiento indebido es relevante, pese a lo que piensan muchos infractores que piden enfocarse en conductas “más peligrosas”.
Así, explicó que un vehículo estacionado en la esquina resta visibilidad a otros conductores, lo que les obliga a asomarse demasiado para ver si pueden continuar y podrían verse involucrados en un accidente. Una motocicleta en una acera representa un riesgo de que le caiga encima a un peatón, en cuenta adultos mayores, o que un niño toque la mufla caliente, agregó.
Un carro en la acera obliga a la madre o padre que lleva a su bebé en coche a caminar por la calle, por citar otro ejemplo.
Miranda también recalcó que el estacionamiento indebido genera congestionamientos viales, por lo que es muy contradictorio que los conductores se quejen de las presas si ellos mismos las generan en otros momentos, por querer estacionar donde les quede más cómodo.
No estacionar en aceras, a menos de 5 metros de hidrantes, de pasos peatonales o de rampas para personas con condición de discapacidad, a menos de 10 metros de un cruce, frente a cocheras, o en zona demarcada con prohibición, entre otras, evita la multa de ¢61.000 y el eventual decomiso de las placas o del propio automotor.
El estacionamiento indebido es la segunda conducta más sancionada por el cuerpo policial, apenas superada por el incumplimiento de las prohibiciones para la circulación del artículo 122 de la Ley de Tránsito, que suma 20.246 boletas, también de ¢61.000.