Médico de la CCSS con seis meses suspendido de su cargo, por atarse a sus principios éticos

La ética y moral de los profesionales en Medicina, Periodismo, Abogacía, Farmacia, Policía, Jueces, Magistrados, Ministros y hasta Presidentes, se puede medir en el momento que se someten a situaciones donde esta en sus manos velar por si mismos o cumplir con una promesa, sea profesional o constitucional. «A las personas no se les mide por sus palabras, se les mide por sus acciones«.

Por eso, quiero compartirles el testimonio del Doctor Marín Vivas, quien ha sido suspendido de su cargo y viéndose afectado económicamente, esto tambien le afecta psicológicamente, y conocemos lo difícil que fue escribir este testimonio, por lo que le aplaudimos de pie. Esto es una muestra de valentía, que debió presentarse al unisono en todo el personal de salud, pero muchos solo buscan cuidar su tracero, y por no luchar juntos, los estan afectando por separado.

A este caso, se suman otros donde no solo han sido perseguidos, sino que aun no se les respeta el salario mínimo, si usted también es un afectado, envíenos su testimonio, con copia de su cédula, la cual no se publica, es solo para nuestro respaldo. Correo: gerardo.ledezma@git-prensa.com

EL AVANCE DE LOS CORRUPTOS SIEMPRE SE DA ANTE EL SILENCIO DE LOS COBARDES


TESTIMONIO

Soy el Dr. Aristides Marin Vivas (carnet de colegiado 1635), hoy a seis meses de suspensión sin goce de salario, con más de 20 años de laborar para mi amada CCSS, con calificaciones promedio mayor a 95 en mi gestión, fui separado de mi puesto como Jefe del servicio de Farmacia del Área de Salud Peninsular U.P.2579 (hoy, Área de Salud Paquera), mediante el acto discriminatorio, humillante y deshumanizante de ser considerado un riesgo de salud pública, una plaga para los usuarios, para los funcionarios compañeros de trabajo, ya que en libertad ejercí mi derecho a no inocularme con ninguna de las tres marcas de inóculos de las aun experimentales y mal llamadas “vacunas” contra el virus COVID-19, cuyas fases clínicas de ensayo 1, 2 y 3 finalizaran en los años 2022, 2023 y 2024.

El ejercer mis conocimientos en farmacia, egresado de la U.C.R. donde se me forma también en el campo del desarrollo de medicamentos, que incluye vacunas, hace que me sea imposible inocularme ninguna de las marcas disponibles de las sustancias de la plataforma tecnológica de vacunas basadas en ácidos nucleicos ARNm o ADN vectorizado contra el virus COVID-19. (2)

No soy un negacionista de la vacunación, creo en ella y cuento con las vacunas que corresponden, menos las que obtuve por inmunidad natural al padecer: Paperas, Sarampión, Rubeola y Varicela en mi infancia y adolescencia. Fui contratado por la CCSS para dar atención farmacéutica en el uso racional de medicamentos no a mantener el statu quo en contra mi fe, conciencia y formación científica.

En estos últimos 6 meses de suspensión, sin goce de salario, me sostuve providencialmente a que saque el quinquenio para cumplir sueños, sueños para agradar a mi amada esposa, e invertir en los estudios de mis hijos, pero gracias a Dios me ha servido para paliar esta pesadilla, ya se me está gastando, el banco me llamo porque ya debo cuotas que de no ser por esta arbitrariedad de suspensión sin salario, que no está tipificada en ningún tipo de sanción institucional ni sanitaria y menos constitucional.

De nada me ha servido pagar fielmente por 18 años al banco el préstamo de vivienda, con esta injusta medida, no puedo optar por la póliza de desempleo que el banco otorga, porque aún estoy suspendido pero sin salario, no despedido, más a todo esto está sobre mis hombros un procedimiento administrativo, que pese a prescribir, le dieron continuidad.

Esta obligatoriedad carente de todo fundamento científico e inhumano, no me dejara trabajar como farmacéutico ni aun fuera de la CCSS, me quitara mi derecho a irme con mi dinero bien ganado en atención a los costarricenses.

Estoy en un vacío legal sin precedentes, me quitaron toda identidad humana, ciudadana y profesional. ¿con que iniciare un emprendimiento? No tengo nada, todo por lo que he trabajado me lo quito una mentira.

No me preocupa terminar de jornalero o de lo que sea inicie mis estudios para ser farmacéutico trabajando de guarda, así pague la universidad, pero en esos años de estudiante estaba solo, hoy tengo esposa y prole, una madre a la que le ayudo económicamente; por primera vez en 25 años no le he podido ayudar, esa transición de perder todo, es lo que me quita la paz, pero algo saldrá.

Para colmo de males, no cuento con diagnostico en salud que impida inocularme con esas sustancias experimentales, falsear o mentir para obtener un dictamen que me exima de tal genocidio es mentir, seria defender una mentira con otra.

Me han ofrecido por dinero y / o por amistad, incluirme en el EDUS como inoculado, en siete ocasiones las he rechazado porque mentir no es la opción para defender la verdad.

Esta mentira sanitaria permio también a las iglesias de todas las corrientes que existen. Y en este campo también salimos afectados los que no deseamos inocularnos.

Soy cristiano protestante, mi cosmovisión en el cristianismo es de origen bautista. Por informar a mi congregación de lo anterior, tuve que salir de ella por la solapada presión de los lideres que tienen conocimiento de esta sustancia genocida, pero vieron para otro lado.

Pese a esto, no voy a vender mi alma, conciencia y fe por estatus, confort y esclavitud a lo material para vivir una vida de mentira con una mentira, la de las sustancias experimentales que eliminan la trasmisión, el contagio, las hospitalizaciones y las lamentables muertes del virus COVID-19

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