Durante mi trayectoria por más de treinta y dos años en el Poder Judicial costarricense, he dado muestras de mi solvencia ética y moral, tanto en mi vida privada como en el ejercicio profesional.
Al asumir el cargo de Fiscala General de la República, hace más de tres años y medio, busqué inculcar los más altos estándares de probidad, transparencia y legitimidad en las funciones propias del Ministerio Público, lo que generó nuevos y más transparentes modelos de gestión.
El camino ha sido largo y difícil, sin embargo, estoy convencida que ha valido la pena, pues tenemos un Ministerio Público más fuerte, independiente funcionalmente y combativo de los actos de corrupción que golpean al país y afectan el bienestar común.
Como es de conocimiento público, a raíz del caso denominado “Cochinilla”, se ha desatado una serie de ataques personales y contra la institución.
En lo personal y durante toda mi gestión, he enfrentado ese tipo de situaciones, comprobándose, mediante resoluciones administrativas y judiciales, mi actuar recto y probo. Incluso, de manera reciente, la propia Corte Suprema de Justicia, en la sesión del 21 de junio del año en curso, determinó que mi actuación en el caso particular fue conforme al ordenamiento jurídico vigente.
A pesar de ello, con el propósito de no debilitar la función del Ministerio Público y la encomiable labor de la Fiscalía de Probidad, Transparencia y Anticorrupción, y con el fin de no distraer la atención sobre lo esencial, valga decir, el combate frontal contra la corrupción, he decido acogerme a la jubilación a la que tengo derecho.
A partir de hoy, y hasta el 12 de julio, me dedicaré a realizar los informes correspondientes para hacer la transición del cargo al Fiscal Subrogante, y posteriormente, entre el 13 de julio y el 24 de agosto, he solicitado a la Presidencia de la Corte Suprema acogerme al período de vacaciones que me corresponde, para hacer efectiva mi jubilación a partir del 25 de agosto del 2021.
Agradezco a todo el personal de la institución por su trabajo inclaudicable en la persecución de la delincuencia, por su trabajo y su mística en el ejercicio de esta noble y necesaria función, que coloca y seguirá colocando al Ministerio Público como un pilar fundamental de la democracia.
Agradezco a la población que cree en el trabajo del Ministerio Público, y le pido que siga creyendo, porque esta institución está conformada por un ejército de personas honestas y profesionales que, independientemente de quien lo dirija, seguirá luchando contra la delincuencia y los problemas más graves que afectan al país, y respetando los derechos de todas las personas.
Mi agradecimiento por siempre.
Emilia Navas Aparicio
Fiscala General de la República
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