«Un joven de 37 años falleció en el CAI después de solicitar atención médica en varias ocasiones»
El 13 de febrero de 2025 la muerte de Luis Diego González Montero, un joven de 37 años, irrumpió en el Centro de Atención Institucional «Jorge Arturo Montero Castro», conocido como La Reforma, desatando una serie de interrogantes que cuestionan la transparencia y la seguridad dentro de la institución. Su fallecimiento es ahora objeto de investigación más profunda, impulsada por inconsistencias y denuncias que sugieren una realidad mucho más compleja.
¿Qué circunstancias rodearon la muerte de González Montero? ¿Se trató de un caso aislado o es síntoma de problemas sistémicos arraigados en La Reforma?
En los presentes apartados lo que se propone es reflexionar sobre lo que sucede detrás de los muros, exponiendo posibles negligencias, irregularidades y las condiciones en las que los privados de libertad se encuentran tras las rejas. La sombra de la duda se cierne ahora sobre La Reforma, y es nuestro deber arrojar alguna luz sobre lo que realmente sucedió esa noche y madrugada.
Solicitó atención médica
De las informaciones preliminares surge una preocupante revelación: Luis Diego González Montero clamó por auxilio médico por más de un mes, sin obtener una respuesta efectiva y oportuna por parte de las autoridades penitenciarias. Fuentes allegadas confirman que, si bien fue trasladado a la clínica del centro penitenciario y sometido a pruebas diagnósticas, la administración carcelaria al parecer no entregó los resultados al interno. Este silencio administrativo, que podría constituir una grave omisión en el protocolo de atención médica, levanta serias sospechas sobre la transparencia en el manejo de la salud de los privados de libertad y plantea interrogantes sobre la negligencia que rodeó los últimos días de vida de González Montero. Fuentes cercanas a la víctima esperan que las investigaciones puedan determinar si esta falta de información impidió un diagnóstico oportuno y, en última instancia, contribuyó al fatal desenlace.
¿Negligencia médica?
Una ciudadana de apellido Dumas, que conoció del estado de salud del joven, interpuso un Recurso de amparo ante la Sala Constitucional que actualmente se tramita bajo el expediente 25-003795-0007-CO, esto para que González Montero recibiera a la mayor brevedad posible un tratamiento oportuno.
En la petitoria se solicitó lo siguiente a los magistrados:
- Se atendiera de urgencia al paciente
- Se le diera tratamiento adecuado según la valoración médica
El Recurso de amparo, una herramienta legal diseñada para proteger derechos fundamentales de las personas, se convirtió en este caso en un testimonio de la impotencia frente a un sistema que no supo o no quiso actuar a tiempo.
Síntomas del privado de libertad
Según el documento el privado de libertad presentaba los siguientes síntomas:
- Náuseas
- Dolor de cabeza y de cuerpo
- Hinchazón en todo el cuerpo
- Cambio de color de la piel a verduzco
Se indicó que cada vez empeoraba más y se señaló acerca de la importancia de contar con servicios médicos calificados para atender a los internos.
Un deterioro progresivo documentado en el Recurso que, sin embargo, no logró despertar la urgencia necesaria para brindarle a González Montero la atención que su vida demandaba.
Dolor y negativa de atención
En dicho documento también se indicó que el joven se quejaba de mucho dolor y no podía levantarse. Fuentes cercanas a la víctima dieron a conocer que los oficiales del centro penal le dijeron que eso era normal y que no era nada grave, razón por la cual no lo trasladaban.
Consecuencias
Lamentablemente, este 13 de febrero de 2025, el privado de libertad falleció en el centro de atención integral, sin obtener el auxilio que requería. Las autoridades aún no emiten una versión oficial sobre esta muerte, pero se sospecha que la negligencia médica y el abuso de autoridad pudieron haber contribuido a la trágica situación.
Preocupación por los privados de libertad de La Reforma
La muerte de este joven ha generado conmoción en la comunidad. La familia y amigos del fallecido se sienten devastados y reclaman justicia.
Es un hecho lamentable que nos hace reflexionar sobre la atención médica y la protección de los Derechos humanos en nuestros centros de atención integral. La pregunta es: ¿fue una negligencia médica o un abuso de autoridad lo que llevó a la muerte de este joven de 37 años?
La muerte de Luis Diego González Montero es un recordatorio de que la justicia no debe ser ejercida detrás de la cortina de la negligencia y el abuso.
Es nuestra obligación, como sociedad, exponer estas situaciones y exigir responsabilidades para que se garanticen los Derechos humanos de los privados de libertad y se eviten tragedias como esta en el futuro.
Mila Argueta Románova, comunicadora | milaarguetacomunica@gmail.com
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