En medio de crecientes protestas y una intensa presión por parte de las familias de los rehenes en manos de Hamás, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, reiteró el lunes 24 de junio su compromiso de alcanzar una tregua en la Franja de Gaza. Sin embargo, subrayó que la guerra no terminará hasta que el grupo islamista sea «eliminado».
Durante su discurso ante el Parlamento, Netanyahu aclaró que la propuesta de alto al fuego, presentada por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, sigue en pie, pero que no habrá cese de hostilidades hasta que Hamás sea erradicado. «Estamos comprometidos con la propuesta israelí que el presidente Biden acogió con agrado. Nuestra posición no ha cambiado. La segunda cosa, que no contradice la primera, es que no terminaremos la guerra hasta que eliminemos a Hamás», afirmó el líder del Likud.
A pesar de estas declaraciones, la viabilidad de esta meta ha sido cuestionada por miembros del propio Ejército israelí. El 20 de junio, Daniel Hagari, principal portavoz de las Fuerzas Armadas, admitió que la destrucción total de Hamás es improbable debido a que se trata de una ideología profundamente arraigada. «Hamás es una idea, Hamás es un partido. No puedes destruir una idea. Está arraigado a los corazones de la gente. Quien piense que podemos eliminar a Hamás, se equivoca», declaró Hagari.
Estas palabras generaron descontento en la administración de Netanyahu, que emitió un comunicado reafirmando la eliminación de Hamás como uno de los objetivos principales de la guerra en Gaza. Las presiones internas e internacionales para poner fin al conflicto, que ya lleva más de ocho meses, continúan aumentando.
Mientras tanto, el Ejército israelí asegura que están cerca de desmantelar las brigadas de Hamás en Rafah, en el extremo sur del enclave. El jefe del Estado Mayor, general Herzi Halevi, indicó que la brigada de Rafah está «casi desmantelada» y que ya no puede funcionar como una unidad de combate.
En las últimas horas, las fuerzas israelíes intensificaron los ataques aéreos y terrestres, causando la muerte de al menos 11 personas en dos bombardeos contra suministros de ayuda en Gaza. Además, un ataque aéreo mató al director del Departamento de Ambulancias y Emergencias de la Franja, según el Ministerio de Salud local. El Ejército afirmó que el ataque estaba dirigido a un alto comandante armado de Hamás.
La cifra total de víctimas mortales en Gaza asciende a al menos 36.626 personas, incluidos miles de niños. La ONG Save the Children destacó que alrededor de 21.000 menores en Gaza están desaparecidos, muchos de ellos bajo los escombros, en fosas comunes o detenidos por los militares israelíes.
La situación en Gaza sigue siendo crítica, con decenas de civiles sumándose diariamente a la lista de fallecidos. Mientras las tropas israelíes continúan sus ofensivas, la presión para encontrar una solución que permita la devolución de los rehenes y ponga fin a la guerra se intensifica. Sin embargo, Netanyahu se mantiene firme en su postura de no ceder hasta lograr la eliminación de Hamás.
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