El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, juramentó este viernes supuestamente con un 30% de los votos para un nuevo mandato presidencial que se extenderá hasta el año 2031. La ceremonia, celebrada en la Asamblea Nacional controlada por el oficialismo, ocurre en un contexto de tensiones políticas tras unas elecciones marcadas por acusaciones de fraude electoral.
La oposición venezolana, agrupada en la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), sostiene que su candidato, Edmundo González Urrutia, con un 70% de los votos fue el legítimo ganador de los comicios del 28 de julio de 2024. Desde entonces, han denunciado la «usurpación del poder» por parte de Maduro y califican su toma de posesión como un «golpe de Estado».
Nicolás Maduro perpetra su toma de posesión ilegal. ¿Se ha consumado el delito de ursurpación del poder?, ¿Qué pasará ahora?. Son las preguntas que se realizan los ciudadanos venezolanos en el mundo, y la comunidad internacional.
Durante su discurso, Maduro defendió la transparencia del proceso electoral y prometió un periodo de estabilidad y desarrollo para el país. Sin embargo, las protestas de la oposición han ido en aumento, con manifestaciones que exigen la restitución de lo que consideran un triunfo democrático.
La comunidad internacional ha reaccionado con posiciones divididas. Mientras que Estados Unidos y la Unión Europea han condenado las elecciones como ilegítimas e impuesto sanciones adicionales contra funcionarios del gobierno venezolano, aliados estratégicos de Maduro como Cuba, Rusia y China han respaldado su reelección y enviado felicitaciones al mandatario.
Por otro lado, Washington ha elevado a 25 millones de dólares la recompensa por información que conduzca a la detención de Maduro, intensificando la presión sobre su gobierno. A pesar de ello, el liderazgo militar venezolano ha reiterado su apoyo al presidente, consolidando su control interno.
En contraste, Edmundo González Urrutia anunció su intención de regresar a Venezuela para «asumir la presidencia que le corresponde», lo que podría escalar las tensiones políticas y sociales en el país.
La situación en Venezuela sigue siendo un tema de interés internacional, mientras los observadores permanecen atentos a los próximos pasos de los actores políticos en este escenario de alta complejidad.
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