Presidentes de México y de Colombia comentan cómo la pobreza se utiliza como herramienta de control y dependencia social por parte de las ideologías de extrema izquierda, ya que, si los pobres dejan de serlo, se vuelven capitalistas, en otras palabras, se vuelven a la derecha.
Pero también es importante analizar cómo quienes llegan a salir de la pobreza se olvidan de quiénes quedaron atrás para ayudarles a tener autosuficiencia, mas eso quedará para otra entrega.
La falsedad ideológica que se vive actualmente, no es la que proponía el verdadero socialismo, que tenía el principio del bien común, en el cual entre todos colaboramos aportaban para el bienestar de todos. Un ejemplo de este socialismo democrático ha sido la CCSS.
Se busca, por el contrario, quitarle al rico para darle al pobre, o afectar a quien genera esa dinamización de la economía, provocando una afectación que lleva al resultado de más desempleo, aumento de pobreza, aumento de violencia social, aumento de violencia intrafamiliar, bajo una falsa cortina de «justicia económica y social».
Se viene promocionando el «espíritu de individualidad» desde distintos grupos de gran poder económico a quienes les interesa la pobreza como un medio de control social, que se puede aplicar con distintos intereses, como generar mano de obra barata, saqueo de los recursos de un país, soberbia personal, entre otros.
Siendo la pobreza un gran negocio, que como consecuencia concentra riqueza en pocas manos, al mismo tiempo que genera la pérdida de propiedad la privada que terminan en manos de bancos y prestamistas. Mientras tanto el pobre se desconecta de la obligación democrática de conocer su medio político y sacrificando su propia educación, autodidacta o no, por buscar a diario cómo sobrevivir, viéndose imposibilitado de informarse de diferentes fuentes por el desgaste psicológico, económico y emocional que vive.
Por esto, es que vemos a muchos profesionales que cursaron una carrera, pagaron para convertirse únicamente en mano de obra calificada, sin el conocimiento para emprender o ser trabajador independiente. Hay bastantes licenciados, doctorados y máster tras el volante de un trasporte plataformista, que deja la sana duda de hacia dónde nos dirigen como sociedad.
La dependencia económica, la dependencia de un patrono, como cuando éramos niños, con una incapacidad moral de asumir la responsabilidad que nos toca de producir una mejor sociedad, sorprende ante nuestros ojos que sucede todo lo contrario: se afecta cada día más a nuestro comercio nacional, se afecta cada día más la producción de alimento por nuestros agricultores, teniendo como consecuencia que cada día más dependemos todos de la globalización, de acuerdos internacionales para generar empleo y siendo incapaces de ponernos de acuerdo, como ciudadanos, para solucionar el problema actual, y de raíz, de manera creativa.
Al parecer se desconfía tanto de la calidad de nuestros profesionales, o habrá otras razones, que se ha puesto en manos extranjeras la administración de puertos, aeropuertos, carreteras, revisión vehicular… ¿qué sigue?
¿Cuál es el siguiente paso para quitarnos a los ciudadanos el poder de construir con nuestras manos, conocimiento y creatividad, un país mejor?
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