Costa Rica debe generar mas cerebros auto-críticos desde sus centros educativos, debe impulsar un mundo mas equilibrado desde la óptica que respete la diversidad neurológica y cultural de sus habitantes, contemplando la neurodiversidad no se perderían de vista algunos factores importantes de la historia.
Las mujeres, en una sociedad como la costarricense, han luchado y siguen luchando por una igualdad de genero, lo que aplaudo desde lo mas profundo de mi ser, sin embargo, me preocupa cuando se eligen o se posicionan por su genero en vez de su cerebro, ¿no es esto crear lo mismo de lo que se vienen defendiendo?
Y es que si son más mujeres las que llegan al poder por sus capacidades; lo aplaudo, si son mas hombres los que llegan al poder por sus capacidades; lo aplaudo. Pero elegir a las personas porque tiene genitales de genero femenino o masculino, o porque se auto percibe de uno distinto, no me parece razonable.
Hoy día se vienen impulsando leyes basados en supuestas estadísticas, pero las medidas para proteger a las mujeres se puede estar convirtiendo en una sentencia para muchas de ellas, la herramienta jurídica de prisión preventiva y las denuncias por violencia domestica se están convirtiendo en una forma de venganza entre géneros, impulsado por ideologías que buscan dividir a las familias, como si no fuéramos ambos géneros co-dependientes uno del otro.
Hoy día el estado gasta millones de colones, por denuncias falsas de mujeres contra hombres, denuncias usadas para alejar a un padre de sus hijos, para vengarse de la ex-pareja que la dejó y ahora tiene una segunda relación, e incluso para sacar a la pareja del camino porque son socios en algún negocio, incluso se convierte en una forma de estafa por coacción donde la mujer pide dinero o de demanda por abuso sexual; pero ¿qué ha pasado con la policía científica en estos casos?
Ese punto anterior ha colaborado a que algunos hombres tomen una decisión equivocada y mortal, en contra la vida de una ex pareja, la de sus hijos y hasta contra la suya propia, a esto se le suma la pensión alimenticia que muchas veces es desproporcionada, ya que en vez de garantizar los derechos del menor; muchas veces lo que busca es mantener un estilo de vida, al punto que algunas mujeres planean embarazos de sus parejas sexuales para recibir pensiones (algunas incluso lo toman como oficio y reciben pensión de diferentes hombres). ¿sobre-vivencia?, ¿falta de educación académica laboral? o ¿falta de formación como ciudadanos integrales?, necesitamos humanizarnos como parte integral de una sociedad.
Por estas leyes, y muchas mas que se vienen impulsando, necesitamos mayor razonamiento en los puestos de poder, necesitamos simplificar y abrir debates públicos para analizar propuestas ideológicas, en vez de censurar a quienes no piensan igual, ya que cuando censuramos dejamos de escuchar y analizar la experiencia y expertise que nos evitaría en muchos casos generar otro tipo de victimas.
Esta tendencia de personas acéfalas en nuestra administración pública, es la que hace que la ciudadanía y los ciudadanos que están en cargos públicos en los Tres Poderes de la República, por temas ideológicos, políticos y porqué no, por temas de corrupción, puedan ser manipulados para evitar el debate público con respecto a la sustancia experimental que con datos técnicos y científicos podría demostrar que más que salvar vidas, lo que salva es la cuenta bancaria de algún político. Estas luchas entre géneros en vez de entre cerebros, ha convertido a Costa Rica en un país ideológicamente mas vulnerable, con una rigidez de reacción ante los abusos de poder, y de la penetración de la corrupción en el poder.
Necesitamos el debate, necesitamos gente de ideas, de análisis, que cuestionen el actuar de la administración pública, como por ejemplo, ¿se acuerdan del puente de la platina?, un negocio que se detuvo hasta que un señor que fue uno de los desarrolladores del puente original dijo en cámaras que con lo invertido ya se hubiera construido otro puente, si no se toma en cuenta la experiencia, las consecuencias de la ignorancia son aprovechadas por la corrupción.
Las estadísticas, uno de los factores usados para manipular leyes; nunca deberían justificar crear otro tipo de víctimas, no es un tema de género, es un tema de ideologías que debe frenarse ya, es un tema de igualdad de derechos entre ambos géneros que permitan el crecimiento en cualquier área en igualdad de condiciones, debemos dar prioridad a los cerebros independientemente del género con que nació o se percibe.
Y por esto, es que los debates públicos deben volver a tener un espacio importante, y no de la forma manipulada como lo hizo Carlos Alvarado con el Movimiento de Célimo Guido, a quien excluyó y generó otras mesas de dialogo, el debate debe darse con quienes cuestionan las acciones de un funcionario público.
Es posible que si en Costa Rica, se diera el debate público en vez de la censura mediática y la censura ideológica, el país volvería a levantar, porque muchas de las cabezas pensantes en Costa Rica no están en la esfera política, muchas personas que realmente son dominantes de temas nunca podrán tener la capacidad del repugnante y sucio mundo de la politiquería como las de las campañas pasadas.
Por eso, es importante saber, que un tema científico sin debate, es un acto anti-científico, un tema ideológico sin debate es una imposición social, y todas estas censuras, todos los ataques contra quienes piensan diferente sin debates públicos, es la acción para imponer algo sin analizar las posibles consecuencias de propuestas ideológicas y no científicas.
Para concluir, el mundo digital es muy manipulable y al mismo tiempo manipulador, los troll center son característicos de los grupos internacionales del crimen organizado, lo que esta en redes sociales principalmente es entretenimiento, porque las mismas redes sociales han cambiado sus normas comunitarias y han censurado una gran cantidad de contenido, los seres humanos debemos de volver a los medios de información fuera de las redes sociales, debemos volver a las bibliotecas para desarrollar cerebros y sentido común.
Opinión de Gerardo Ledezma
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