En un desarrollo alarmante, el actual rector del Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela, Elvis Eduardo Hidrobo Amoroso, ha sido señalado de cometer un posible Golpe de Estado. Las acusaciones surgen tras la emisión de datos que proclaman a Nicolás Maduro como presidente electo, los cuales han sido calificados por algunos sectores como falsos.
A pesar de que las elecciones han sido oficialmente reconocidas como legítimas, la transparencia del proceso ha sido cuestionada. Las actas de votación, esenciales para reflejar la verdadera voluntad del pueblo venezolano, no han sido presentadas públicamente. Además, el sitio web del CNE ha estado inaccesible desde el día de las elecciones, aumentando las sospechas de manipulación de datos.
La oposición, por su parte, ha tomado medidas para asegurar la veracidad de los resultados. A través de una red de «comanditos» —testigos ciudadanos del proceso electoral—, se ha recopilado y registrado información de las actas de votación. Estos datos han sido transmitidos a un centro de información de la oposición, que los ha publicado en línea, presentando estadísticas detalladas por mesa, región y a nivel nacional. Estos datos dan la mayoría de votos a favor de Edmundo Gonzalez Urrutia como presidente electo de Venezuela.
En respuesta a estos acontecimientos, el gobierno venezolano ha emitido órdenes de detención contra 22 líderes de la oposición, acusándolos de conspiración. Sin embargo, la información sobre las elecciones ha traspasado fronteras, generando reacciones de condena y preocupación entre la comunidad internacional. Varios presidentes y líderes mundiales han expresado su inquietud sobre la situación.
Uno de los aspectos más polémicos de esta crisis ha sido la circulación de una selfie que muestra datos electorales en una pantalla, sugiriendo un triunfo indiscutible del candidato opositor Edmundo González. Esta imagen ha provocado un intenso debate y ha avivado las tensiones en un país ya dividido.
La situación en Venezuela sigue siendo tensa, con incertidumbre sobre el futuro político del país y la posibilidad de un desenlace impredecible. La comunidad internacional observa de cerca, mientras se espera una resolución justa y transparente a esta crisis electoral.
