Con el objetivo de reactivar la economía en las zonas costeras de Costa Rica, por medio de la protección de una especie marina para el fomento turístico, el diputado Eli Feinzaig presentó a la corriente legislativa un nuevo proyecto bajo el expediente 23.463, “Ley para fomentar el desarrollo económico de las costas: Declaratoria del pez vela como símbolo patrio en el desarrollo económico, social y cultural de Costa Rica”.
La razón de esta propuesta es que el pez vela es la principal especie que motiva el turismo de pesca deportiva, actividad que tan solo en 2021 le generó al PIB nacional $520 millones, según datos del Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura (INCOPESCA), por lo que su protección contra la pesca incidental es necesaria para la generación de encadenamientos productivos en la actividad turística, que permitan el desarrollo económico de los habitantes de las costas.
Datos del 2019 de la Federación Costarricense de Pesca (FECOP), arrojaron que la población de esta especie presentaba una disminución hasta del 70% dentro de las aguas territoriales de Costa Rica, según un estudio reciente llamado “Trends and variability in local abundances of sailfish Istiophorus platyterus in Pacific waters of Costa Rica: Controls and effects on recreational fisheries”.
Al declararse el pez vela como símbolo patrio para el desarrollo económico, social y cultural de Costa Rica, el país eliminaría la pesca incidental y su consumo, permitiendo la recuperación de la especie para que pueda ser utilizada como fuente de atracción turística para el desarrollo de la pesca deportiva, cuya regulación solo permite su captura e inmediata liberación.
Y es que, en un estudio publicado por el Instituto Costarricense de Turismo (ICT) en el 2021 se destaca que Costa Rica se encuentra entre los tres primeros países al cual los turistas extranjeros eligen como destino para practicar la pesca deportiva, proveniendo estos principalmente de Estados Unidos, Canadá y Europa.
Al poner en contexto cuánto es lo que verdaderamente significa la visita de un turista de pesca deportiva al encadenamiento productivo que genera esta actividad en nuestro país, debemos mencionar que, según el estudio antes mencionado, el 49% de los visitantes vienen acompañados de un grupo de cuatro personas en promedio. Quien viene a desarrollar la actividad de pesca invierte dentro del territorio nacional un estimado mínimo de $13.450 y cada uno de sus acompañantes dejan como ganancia $5.950.
Es decir, si tomamos como base un grupo de cinco personas, donde al menos uno de ellos realizará pesca deportiva y las otras cuatro otras actividades, calculamos que la inversión en Costa Rica al término del viaje podría ser de $37.250. El contraste es evidente frente a los 500 colones por kilogramo en los que está valorada la carne del pez vela en los puertos nacionales.
Es a partir de este análisis que el diputado Feinzaig enfatiza sobre la importancia de la protección del pez vela y su declaratoria como símbolo patrio para la recuperación poblacional de la especie, puesto que la inversión que generan los turistas no beneficia solo a la industria de la pesquería deportiva, sino también a los comercios relacionados a actividades de sol y playa, hoteles, transporte turístico, actividades recreativas y de aventura, restaurantes, super mercados, farmacias, artesanos, tiendas de ropa y actividades culturales, según lo afirma el ICT en un oficio enviado al despacho del legislador luego de una serie de consultas realizadas sobre este tema.
“La pesca deportiva es una fuente de desarrollo sostenible para las zonas costeras. Después de muchos años de carecer de oportunidades laborales propicias, aquí estamos presentando una alternativa, una solución para estas personas que están buscando trabajar dignamente. Tan solo veamos el ejemplo que nos dan “Las Brujas del Mar” en Chacarita de Puntarenas”, señaló Feinzaig.
Para el jefe de fracción del PLP, «Brujas del Mar” es un ejemplo concreto de éxito con el que se puede reflejar que la industria pesquera sí es capaz de ser transformada.
Se trata de una cooperativa de mujeres expeladoras de camarón, ubicada en Chacarita de Puntarenas, que comenzaron a elaborar señuelos artesanales para pesca deportiva, luego de la prohibición de la pesca de arrastre. Después de un fuerte inicio en la actividad de pesca deportiva, ahora esta organización se prepara para reclutar a más mujeres de la zona y potenciar los productos para comercializarlos, incluso, fuera del país.
“Realmente hemos hecho esperar durante mucho tiempo a los vecinos de las zonas costeras por soluciones concretas. Otros países del conteninente ya nos llevan varios pasos adelante en la protección del pez vela y el fomento de la pesca deportiva y turística, que, por su alto valor agregado y enorme potencial, generan mayores ganancias en las economías”, expresó Feinzaig.
En el proceso de elaboración de este proyecto, el diputado constató que Estados Unidos, México, Guatemala, El Salvador, Nicaragua y Panamá, tienen muy bien definidas legislaciones de prohibición de pesca del pez vela para consumo humano, dejando los ejemplares como obejtivo de pesca deportiva y turística. Costa Rica es el único país de la región donde se permite comercializar el pez vela hasta en un 10% del peso de la captura total de una embarcación de pesca comercial; este propuesta de Ley prohibe por completo esta práctica.
“Esto no es solo una propuesta de desarrollo económico para las regiones costeras. Es una muestra de cómo se pueden generar políticas públicas de desarrollo sostenible. Es posible proteger el ambiente y fomentar el desarrollo económico de las comunidades costeras y rurales a partir de esta actividad”, concluyó Feinzaig diciendo.
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