Por segundo año consecutivo, el Servicio Nacional de Salud Animal (SENASA) sufre afectación en su presupuesto generando un gran impacto para la institución. El presupuesto ordinario requerido para el 2022 es de al menos ₡14.500 millones y se le aplicó una rebaja de aproximadamente ₡1.500 millones; ₡1.000 millones que aplicó de reducción el Ministerio de Hacienda y al presentarse ante la Asamblea Legislativa la Comisión de Hacendarios aprobó un recorte adicional de ₡453,1 millones bajo la moción N.º 39, esto se realizó sin ningún tipo de consulta técnica al SENASA sobre los efectos que acarrea en los servicios que brinda la institución.
Los recortes presupuestarios indicados disminuyen partidas vinculadas a gastos operativos esenciales tales como: servicios de laboratorio, controles en puestos de frontera aéreos y terrestres, labores de campo (vigilancia epidemiológica, trazabilidad, atención de animales, etc.), quedando el presupuesto institucional en ₡13.121 millones, es decir, aproximadamente ₡2.000 millones menos que los presupuestos de los periodos 2019 y 2020.
“Es mi deber informar que estos recortes representan graves repercusiones en los sectores productivos, esenciales para la reactivación económica del país, poniendo en riesgo la salud pública, la salud animal, el estatus sanitario del país para introducción exitosa de los productos pecuarios en los mercados internacionales y la seguridad alimentaria de los costarricenses. Asimismo, solicito a los señores diputadas, con mucho respeto, pero también con vehemencia, que garanticen para el período presupuestario 2022 el monto mínimo operativo requerido por el SENASA de ₡14.500 millones, enfatizando que el 50% de estos recursos la institución los genera a través de la venta de servicios, es importante destacar que SENASA es generadora de ingresos públicos y de no mantenerse este monto, no será viable para cumplir con las funciones que le han sido encomendadas por Ley N°8495” , además de afectar negativamente las finanzas del país, enfatizó German Rojas, director general del SENASA.
“Para la Cámara Costarricense de Porcicultores es vital que el SENASA mantenga la calidad de servicios en especial los relacionados a la vigilancia y control de enfermedades epidémicas y más aun frente a la amenaza de la presencia de una enfermedad exótica en República Dominicana, nos parece inaceptable que se ponga en riesgo el estado sanitario del hato porcino nacional por un recorte presupuestario”, señalo Patricia Rojas, presidenta ejecutiva.
«Cualquier ajuste o recorte presupuestario debe buscar un sano equilibrio entre la eficiencia de la gestión institucional y el cumplimiento adecuado de los objetivos fundamentales de cada institución. El SENASA es una institución clave para la protección de la salud humana y la sanidad animal, así como la garantía de la inocuidad de los alimentos, la seguridad alimentaria nacional y el proceso agroexportador del país; de manera que los recursos necesarios deben aprobarse para que dicha institución logre efectivamente realizar sus funciones y cumplir con esos objetivos primordiales para el país y la sociedad costarricense en general» comentó, William Cardoza, directivo Cámara Nacional de Agricultura y Agroindustria.
Para explicar mejor el impacto de la reducción presupuestaria del SENASA, se enumeran algunos de los riesgos que podría sufrir el país:
- Pérdida de más de 30 mercados internacionales a los que Costa Rica exporta productos pecuarios con un valor que se estima en 384,7 millones de dólares.
- Impacto socioeconómico para el sector agropecuario que representa un 12.8 % del empleo total, que además emplea al 35% de trabajadores sector industrial, e incluye a 115.760 productores pecuarios.
- Riesgo para la salud humana y animal por la reducción de controles sanitarios en los productos que se comercializan a nivel nacional, ya sean de producción local o de importación.
- Afectación de la seguridad alimentaria y nutricional, tanto por la falta de controles de inocuidad como por la disponibilidad de alimentos de origen animal para consumo humano.
- Incremento de prevalencia de enfermedades en los animales, con riesgo de disminución de al menos de un 20% de su productividad, que podría alcanzar un 100% en el caso de ingreso de enfermedades exóticas.
- Aumento de enfermedades que se transmiten de los animales al humano (rabia, tuberculosis y brucelosis entre otras), con efectos directos sobre la capacidad hospitalaria, ya saturada por la atención que requiere la pandemia por COVID-19.
- Incremento de robo de ganado por impunidad y comercialización de productos cárnicos sin estándares sanitarios.
- Aumento de la Resistencia Antimicrobiana (RAM) en humanos y animales, que causa cerca de 700.000 muertes anuales en el mundo.
Según datos de la Promotora de Comercio Exterior (PROCOMER) el sector pecuario y de pesca exportó $384,7 millones en el 2019, y $353,6 millones en el 2020, con una perspectiva de crecimiento aún mayor para el presente año. Todas estas exportaciones requieren de las certificaciones sanitarias que el SENASA emite para ser aceptadas en los países de destino. La información anterior no incluye el valor de la producción pecuaria para el mercado nacional, ni otros rubros vinculados con los productos que son materia prima para otros procesos de valor agregado.
“La Corporación Ganadera ve con suma preocupación, el recorte presupuestario al SENASA; sobre todo por ser en cuentas que ponen en riesgo el futuro de las exportaciones de carne del país, la salud pública, el bienestar animal; así como una adecuada reactivación económica. » Luis Diego Obando, director ejecutivo.
SENASA también tiene gran importancia en materia de salud pública por sus actividades en lo referente a controles de la inocuidad de los alimentos de origen animal y a la prevención de las enfermedades que se transmiten de los animales al ser humano (zoonosis). En un estudio de impacto económico social, realizado por la Universidad de Costa Rica en 2018, se determinó que gracias a labor que SENASA realiza en materia de zoonosis, el costo anual ahorrado por el país representa un beneficio bruto para la sociedad que asciende a ₡125.158 millones, por lo tanto, el presupuesto que SENASA necesita solo representa un 11% de lo que Costa Rica tendría que afrontar sino se brindaran estos servicios.
“En el caso de los Alimentos para Animales SENASA garantiza las Buena prácticas de manufactura y la calidad de los alimentos para consumo animal, una reducción en el presupuesto de fiscalización expondría al consumidor a productos que se comercialicen sin supervisión y consecuentemente afectarían a la salud de los costarricenses”, señalo Roberto Obando, director ejecutivo, Cámara de Industriales de Alimentos Balanceados.
“El sector lácteo está sumamente preocupado por los recortes presupuestarios al SENASA, que en la práctica lo dejarían sin ninguna capacidad operativa en áreas críticas como salud animal, control de exportaciones e importaciones, vigilancia epidemiológica, e inocuidad de los alimentos, temas todos de gran importancia para la salud pública de nuestro país”, Erick Montero, director ejecutivo de la Cámara Nacional de Productores de Leche.
Esta situación de limitación presupuestaria para el 2022 no es nueva, puesto que para el año 2021, los recortes afectaron negativamente el presupuesto institucional e incluso ascendieron en un 100% en algunas partidas presupuestarias, mismas que guardan relación directa con la compra de insumos necesarios para la prestación de servicios requeridos por el sector productivo. Ante esta situación y para evitar el cese de operaciones por la actual crisis económica, se recurrió a la suscripción de convenios con el sector privado. Es importante indicar que estas estrategias aplicadas en el año 2021 fueron una medida de emergencia que de manera coordinada se tomaron ante una falta de financiamiento y que de ninguna manera son sostenibles, ni pueden constituir una solución permanente a los problemas presupuestarios, que ahora se repiten con mayor afectación para el 2022.
Históricamente, dentro del sector público el SENASA se ha destacado por un aprovechamiento de los recursos asignados, pues ha realizado la ejecución de un 95% del presupuesto aprobado, cuyos montos alcanzaban hasta los ¢16.000 millones entre 2018 y 2020, lo cual ilustra la vulnerabilidad que la institución tiene a los recortes presupuestarios, pues nunca se ha dejado de usar prácticamente la totalidad de los recursos.
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