El pasado jueves 29 de setiembre, el Ministro de Obras Públicas y Transportes, Luis Amador Jiménez, inspeccionó el puente sobre el río Barranca, en la ruta nacional 1, como parte de su gira de trabajo por Puntarenas, constatando los avances en las labores de reforzamiento de esta estructura, que rondan el 40% de progreso.
Se estima que las labores estarían finalizadas el próximo mes de noviembre, en tanto las condiciones climáticas permitan cumplir el cronograma de trabajos.
Las autoridades del Consejo Nacional de Vialidad le explicaron al Jerarca que la Dirección de Puentes solicitó que se hagan más perforaciones para inyectar cemento con agua, para tener todavía un mejor reforzamiento de la estructura y en eso se trabaja en la actualidad.
En el Consejo detallaron que la generación de accesos seguros a la base del puente, la colada o colocación de concreto para mejorar justamente esos accesos, así como las perforaciones en las bases del puente para inyectar una lechada (agua y concreto) hasta a 5 metros de profundidad, son parte de las labores más relevantes que se han ejecutado.
Actualmente, se trabaja en la perforación de otros 6 puntos para la inyección de la mezcla. Estos trabajos de inyección de lechadas son procesos bastante meticulosos y prolongados en el tiempo y no están a la vista de quienes transitan por este puente, ya que se ejecutan debajo de la superficie de ruedo.
Las obras que se realizan son en las bases del puente, en el lecho del río, por lo que no existe ningún tipo de afectación al tránsito por el lugar, aunque se solicita circular a baja velocidad, justamente, para no acelerar deterioros producto de exceso de vibraciones y sacudidas fuertes, más considerando la presencia de personal en el sitio.
Estas labores forman parte, entonces, de los trabajos de protección de los micropilotes del puente, que buscan reducir riesgos de escenarios extremos, como condiciones que impidan por completo el paso por la estructura. Asimismo, más adelante, se colocará un puente armable temporal, de tal forma que, una vez listo y adjudicado el diseño para la construcción del nuevo puente, el paso temporal permita demoler el puente actual y construir en su lugar la nueva estructura.
Se espera, si se cumplen las proyecciones planteadas, que se tendría el nuevo puente en servicio al final del primer cuatrimestre del 2025 y el costo de las obras, incluyendo los tres aspectos citados (intervención preventiva actual, puente provisional y nueva estructura) tendrían un costo sumado de unos ¢7.000 millones.
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