Cámara de Agricultura se opone a la adhesión a la Alianza del Pacífico.
Más pobreza en las zonas rurales, aumento de precios y el riesgo en la seguridad alimentaria, serían los efectos de una posible adhesión del país a la Alianza del Pacífico.
Así lo advierte la Cámara Nacional de Agricultura y Agroindustria (CNAA) ante el anuncio, de la Cancillería de la República, de que los estados miembros de ese bloque aceptaron la integración de Costa Rica.
El país ratificó Tratados de Libre Comercio -con naciones como las cuatro que conforman la Alianza, y alcanzó balances y equilibrios, explicó el presidente de la Cámara, Rigoberto Vega.
“Por ello nos oponemos a que las exclusiones pactadas y negociadas, que forman parte integral de ese balance, entren a un proceso de desgravación hasta llegar a cero aranceles.” Además: “Eso sería desaparecer nuestro sector y hacerlo sucumbir ante excedentes de alimentos internacionales subsidiados”, señaló Vega.
La adhesión afectaría al sector rural agro, que es parte fundamental de la democracia económica rural del país, pues es soporte de la movilidad social, junto a la Caja del Seguro y la educación pública.
Así comentó Álvaro Sáenz, expresidente de esa agrupación y coordinador de la Comisión Política de Alianza del Pacífico de la CNAA. También, algunos agentes económicos y economistas con intereses particulares, ligados a importadores interesados, desprecian las protecciones arancelarias, culpándolas del alto costo de la vida.
“Los precios de los alimentos nunca bajarán, pues la historia económica demuestra que en todos los países donde se eliminaron los aranceles que protegen la producción de productos alimentarios, jamás disminuyó el precio a los consumidores.”, añadió Sáenz.
Y explicó: “la exención de impuestos de renta al Régimen de Zona Franca, equivalente escudo tributario a los Aranceles Agropecuarios, es factor clave de su crecimiento y -ambos- son parte integral del modelo de desarrollo de Costa Rica. No se debe modificar uno sin el otro, pues generará una gran desigualdad”
La amenaza de que Costa Rica se adhiera a la Alianza, sin garantizar el mantenimiento de las exclusiones y los aranceles negociados, de forma bilateral e independiente es un riesgo real a la producción agropecuaria, y deja a merced de oligopolios de importadores, los precios de la canasta básica de los costarricenses.