El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha firmado una orden ejecutiva para retirar al país de la Organización Mundial de la Salud (OMS), una decisión que ha generado preocupación en la comunidad internacional y entre expertos en salud pública.
Trump justificó la medida señalando la presunta «mala gestión de la pandemia de COVID-19 que surgió en Wuhan, China, y otras crisis sanitarias mundiales», además de acusar a la organización de no demostrar «independencia de la influencia política inapropiada de los Estados miembros». También criticó el desbalance en las contribuciones financieras, indicando que Estados Unidos aportaba aproximadamente el 18% del presupuesto de la OMS, mientras que China contribuía con una cantidad significativamente menor.
La salida de EE. UU. podría afectar la capacidad de la OMS para responder a emergencias sanitarias y mantener programas esenciales contra enfermedades como el VIH, la tuberculosis y la malaria. Analistas advierten que esta decisión podría permitir que China amplíe su influencia en la gobernanza de la salud mundial.
Por su parte, la OMS lamentó la retirada de Estados Unidos y pidió reconsiderar la decisión, enfatizando la importancia de la cooperación internacional para enfrentar desafíos sanitarios globales.
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