El Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) podría evaluar si el uso reiterado del emblema del Jaguar en actividades oficiales del Gobierno constituye beligerancia política. Este símbolo, inscrito como distintivo de un partido político, ha sido mencionado en diversas ocasiones por el Presidente de la República y otros funcionarios de Casa Presidencial. (ver nota).
El señalamiento surge ante la posibilidad de que recursos públicos hayan sido empleados para posicionar el emblema como una marca política, lo que podría infringir la normativa electoral. No solo se ha hecho referencia al Jaguar en discursos y conferencias de prensa, sino que seguidores del oficialismo se identifican con esta figura, reforzando su presencia en el ámbito político.
De confirmarse el uso indebido de recursos estatales con fines electorales, el TSE podría analizar sanciones que van desde amonestaciones hasta la inhabilitación de funcionarios involucrados. Este caso abre el debate sobre los límites entre la comunicación gubernamental y la promoción política, en un contexto donde la simbología juega un papel clave en la percepción del electorado.
Además, el diputado Gilberto Campos Cruz, del Partido Liberal Progresista, cuestionó que, mientras el país enfrenta un aumento del narcotráfico, el Ejecutivo prioriza un espectáculo mediático para posicionar a funcionarios que, aparentemente, aspirarán a cargos en las próximas elecciones. Según el legislador, esto implica el uso de recursos estatales para proyectar una imagen favorable, desviando la atención de los problemas reales que afectan al país.
La misma Ministra Laura Fernandez señala que su renuncia se debe a que irá por proyectos personales como un Jaguar hambriento, que arán sentir muy orgulloso al Presidente Rodrigo Chaves.
Hace tres años, el Tribunal Supremo de Elecciones emitió un documento y un video explicativos sobre la beligerancia política, con el objetivo de ayudar a identificar posibles violaciones al Código Electoral.